Bruselas, 7 de septiembre de 2023
Mi muy estimada amiga.
Espero que cuando recibas esta postal te encuentres disfrutando de una perfecta salud. Yo, por mi parte, me encuentro bien. Me gustaría agradecer tu visita de hace unos días. Como ya sabes, por mi situación, no tengo mucha facilidad para trasladarme y te agradezco enormemente que aceptaras que nuestro encuentro fuera en Bruselas. Es todo un detalle por tu parte.
Como recordarás de nuestra reunión, los puntos que discutimos como necesarios para que recibierais nuestro apoyo son única y exclusivamente buscando el interés y beneficio de mis compatriotas. La legitimidad democrática del independentismo, el abandono de la vía judicial, la ley de amnistía, los mecanismos de mediación y los límites de las negociaciones, no son peticiones para mi beneficio personal, sino para el de todos los catalanes y catalanas. Pese a todo, y a sabiendas de tu buena voluntad y disposición por la causa, me gustaría solicitar algo que, para mí personalmente, sería muy valorado.
Me gustaría que el día que regrese a mi tierra sea celebrado como un día grande. Quiero ser recibido por mis conciudadanos por todo lo alto, subido al trono de la Esperanza Macarena, a hombros de al menos 20 guardias civiles que se embarcaron en el Piolín, y abriendo la comitiva dos jueces del Supremo. Cuando menos, causará sensación.
Sin otro particular me despido, esperando tu pronta repuesta.
Atentamente, Carles.
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Detrás de esta viñeta están Benjamín y Mercedes. Son padre e hija. Benjamín dirige el estudio Arquitectos San Lorenzo 8. Mercedes es ilustradora y diseñadora gráfica. El texto queda a cargo de Paula, la hija mayor, que se dedica a la seguridad alimentaria. La idea de cada semana: un asunto de familia.