¿Qué es la singularidad? ¿Vale con tener un idioma propio? Pero yo en mi barrio escucho rumano y árabe, y seguramente otros que no cazo. ¿Será tener puertos? Puertollano Puerto Lápicena más. ¿Será por comer calçots? ¡Anda bolo, si son de Consuegra! ¿Será porque entre ellos no se hablan? Pues creo que ahí le has dao.

Vale, pues sabiendo que la singularidad existe, tenemos que ver cómo la financiamos. ¿El que llegue el primero como en el juego de la silla? No, no; la música tiene que sonar para todos. Mal apaño si a unos le permiten tararear lo que quieran antes de que el de Canarias haya cogido el avión.

No sé, no sé. Utilizando a Felipe González en el debate electoral con Aznar, allá por el siglo pasado, ahora se nos plantea un dilema similar. Si de la caja de los presupuestos se saca más dinero para pagar la singularidad de unos o de otros pero sin meter más dinero a cambio, cuando se abra la caja solamente los incautos pensarán que todavía queda dinero para repartir.

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Detrás de esta viñeta están Benjamín y Mercedes. Son padre e hija. Benjamín dirige el estudio Arquitectos San Lorenzo 8. Mercedes es ilustradora y diseñadora gráfica. El texto queda a cargo de Paula, la hija mayor, que se dedica a la seguridad alimentaria. La idea de cada semana: un asunto de familia.