El próximo 22 de noviembre Netflix estrenará la serie documental '900 días sin Anabel', que contará el secuestro de la joven Anabel Segura, que llegó a convertirse en el más largo de la historia de España. Un caso que conmocionó a toda la sociedad en el que la víctima fue asesinada y enterrada en Numancia de la Sagra (Toledo).
A través de tres episodios, los espectadores accederán al contenido completo de las cintas y al testimonio de los agentes policiales que se enfrentaron al caso y que establecieron las bases de los protocolos ante un secuestro exprés.
Una serie documental que sacará a la luz las 14 llamadas telefónicas que se dieron entre los secuestradores y el negociador que representaba a la familia Segura.
El caso Anabel
El 12 de abril de 1993, Emilio Muñoz Guadix, transportista en paro de 38 años, y su amigo Cándido Ortiz Aón, fontanero de 35, secuestraron a la joven de 22 años Anabel Segura en el acomodado barrio de La Moraleja de Alcobendas (Madrid), cuando salió a correr por lamañana.
Tras interrogar a la víctima, les confirmó que sus padres tenían dinero, pero no estaban en Madrid, por lo que buscaron un lugar donde retener a la víctima. Eligieron una fábrica de ladrillos y azulejos abandonada en Numancia de La Sagra (Toledo). Al tratar de escapar, Muñoz la estranguló con una cuerda y enterraron el cuerpo en la escombrera del complejo.
Dos días después, llamaron a la familia pidiendo un rescate de 150 millones de pesetas. Tras varias llamadas más y algún intento fallido de pago del rescate, la familia pidió una prueba de que Anabel seguía viva cinco meses más tarde.
Los secuestradores respondieron con una grabación en la que la mujer de Muñoz se hacía pasar por la joven. Sin embargo, tras ser emitida en 1994 en la radio y en la televisión, una persona reconoció la voz del secuestrador: un repartidor de Toledo. Todo coincidía ya que, además, se escuchaba de fondo voces de niños jugando con acento toledano y una palabra típica de allí.
El 28 de septiembre Muñoz fue detenido, confesó de inmediato y desveló la ubicación del cadáver. Ambos secuestradores fueron condenados a 43 años de prisión y, aunque Cándido murió en la cárcel de Ocaña, Muñoz salió de prisión en 2013 en virtud de la derogación de la doctrina Parot.