El Ayuntamiento de Talavera de la Reina acaba de dedicar una plaza a Manolo Cerdán. El martes día doce de noviembre del 2024 muchos de los que pasamos alguna vez por la casa de Manolo y Sara nos reunimos para contemplar la placa con su nombre y su retrato y oír al alcalde, José Julián Gregorio, justificar lo que todos los que conocemos a Manolo sabemos que estaba más que justificado desde hace tiempo. Lo extraño es que el reconocimiento haya tardado tanto, aunque nunca es tarde para hacer algo que tantas veces se queda en las buenas intenciones y el homenaje póstumo. Manolo tiene cumplidos los noventa y tres años y ya era hora de devolverle un poco de lo que él ha dado a todos los que sin distinción han querido pasar por su casa.
La casa de Manolo y Sara ha sido la casa de todos: de los artistas, de los aficionados a los toros, a la poesía, a la gastronomía… en fin a cualquier cosa que justificara reunir a un puñado de gente dispuesta a dialogar y a intercambiar lo que cada uno tuviera a bien dar a los demás. Una casa abierta sin restricciones ni condiciones; esa era la rareza de la propuesta de Manolo y Sara en un mundo en el que abrir la casa propia, que no una tienda o un bar, ya no se ve.
Por eso y sin ánimo de poner una sola pega a una iniciativa que fue apoyada en el Ayuntamiento de Talavera, no habría estado de más que la placa que hoy dice "Plaza de Manuel Cerdán", dijera "Plaza de Manolo Cerdán y Sara Tornero", porque sin el apoyo de su mujer, que nos ha aguantado en su casa, sin un solo reproche a todos casi medio siglo, este invento único no hubiera sido posible.
Claro, que lo mismo hay que decir de sus hijos, nietos y bisnietos, que tantas veces han visto la casa de sus padres, abuelos y bisabuelos desbordada por la gente que por allí pasamos, resignados muchas veces a ocupar un papel secundario ante los ajenos a la casa. A todos ellos, sin ninguna excepción y principalmente a sus hijos Manolo y Alberto, no tiene otra que darles la enhorabuena por algo que les pertenece a ellos y pedirles mi más sincero perdón por haber disfrutado egoístamente durante tantos años de la compañía de su padre. Un abrazo a todos.