Decirle todos los días a Pedro Sánchez lo guapo que es, o lo bien que dirige la nave, no garantiza que sea la verdad. Puede que sí o puede que no, que es lo más probable. Ese tal José Félix Tezanos, desde su cargo de Manipulador General del Estado, utiliza el dinero de los españoles para darle coba al presidente del Gobierno e intentar mantener en pie el edificio en ruinas del sanchismo con ingeniería social de baratillo.

Y no parece que les vaya mal. España está llena de incautos y esos dos grandes troleros, Sánchez y Tezanos, parece que todavía seguirán algún tiempo más en sus poltronas, aún sobre las cenizas morales de su descomposición, que huele que apesta. Es el gran objetivo del régimen, tal vez el único y como sea. Pero si hubiera un gramo de verdad en las encuestas de Tezanos, y la última parece especialmente inmoral después de la enorme tragedia de la DANA, Sánchez convocaba este domingo elecciones generales y se aseguraba la sopa boba otros cuantos años.

Pero todo en el sanchismo es novela, enredo y simulación. Menuda bola infumable. Por eso echo de menos a los socialdemócratas que aún vayan quedando en el PSOE, políticos todavía con principios y honestidad, como Emiliano García-Page y otros cuantos, si es que queda algún hilillo de vida en ese partido, y que algo empiece a pasar por dentro que nos anime un poco el corazón y ofrezca algunas esperanzas. Por ejemplo: que no dure mucho esta infamia y aparezca pronto un poco más despejado el horizonte.

No soy tan ingenuo. Ya sé que pido un imposible, pero esto es una carta de amor y plegaria a Page, un brindis al sol, una llamada al coraje y la demolición. Una misiva adolescente antes de que el sol termine definitivamente de ponerse. Es decir, un simple ejercicio escolar de quintacolumnismo de ficción al caer la noche. Ya sé que la épica no existe: pereció aplastada bajo sus ruinas en cualquier congreso federal, pero echando una mirada alrededor, a uno y otro lado del ruedo ibérico, no veo otra salida que la implosión, lo más astronómica posible.

Eso, o larga vida al emperador. Ceniza profecía, puaj.