Vaya movidón chungo que el desastre de la DANA ha provocado entre Emiliano García-Page y Paco Núñez. Es una triste pena que una catástrofe sirva para sumar tensión en lugar de mover a la unidad y remar todos a una. La política española es una tozuda decepción devastadora, con el sanchismo contaminando todo de ruindad, y ese clima ha calado entre Page y Núñez, que añaden más confrontación a su natural antipatía y falta de química.
Ni se entienden, ni quieren entenderse. Solo guerrear y tirarse los trastos a la cabeza. Diálogo de sordos. El episodio que estos días lo está crispando todo es el plantón de Page a las Cortes de Castilla-La Mancha en el debate sobre la DANA del pasado jueves, un error palmario del presidente de la Junta que puso a huevo la estrategia de Núñez para irse a triturarle. Y lo está intentando activamente y, todo hay que decirlo, con un poco de exageración.
Page debió estar en ese debate por muchas razones evidentes que no hace falta ni explicarlas. Tal vez pecó de altanería o de soberbia, o tendría cosas más importantes por hacer. Yo qué sé. Pero creo que debió ir a las Cortes, explicarse y anunciar los planes para la reconstrucción, de manera que el PP lleva razón cuando reprocha al presidente la espantá, pero de ahí a compararle con el valenciano Carlos Mazón y dar la imagen de que ha estado desaparecido va un mundo que separa la realidad de la ficción.
Es decir, un poco de mesura: Page estuvo desde el primer momento al frente de la crisis y se ha tomado muy en serio la trágica magnitud de la catástrofe. De manera que el cabreo comprensible que tenía Núñez el jueves cuando vio a Page ausentarse del debate y ningunear al Parlamento, provocando una dura ofensiva crítica desde el PP, se ha trasladado ahora a las filas socialistas, ofendidos por la intensidad de la estrategia, el exceso de Núñez y el manoseo de la DANA para sacar tajada política.
O sea, una cosa por la otra. El PP se ceba con el error de Page, atizando con un punto de sobreactuación, y el PSOE sale con insinuantes amenazas de sacar a la luz “material comprometido” de dirigentes populares en pandemia. Política de poca monta: malestares compartidos, choque de trenes infumable y la casa sin barrer. Pólvora, postureos y cintas de vídeo. Los tuits de Sergio Gutiérrez, número dos de Page en el PSOE regional, ya lo dicen todo.
Y en medio de este lío se fue Page este miércoles a Bruselas al Comité Europeo de Regiones y allí pidió casi lo mismo, gramo arriba, gramo abajo, que ya planteó Paco Núñez hace una semana en el Parlamento castellano-manchego y que, por cierto, la portavoz socialista Ana Isabel Abengózar calificó como “oportunismo, mentiras y ocurrencias”. No lo serían tanto, pero aquí lo que interesa es el relato, la foto y aquello de la tajada, que obviamente va por barrios. Abengózar afea a Nuñez lo que después aplaude a Page.
En fin, que los Reyes Felipe y Letizia sí han estado en Letur y lo han hecho acompañados del propio Page y en medio del cariño y los abrazos de la gente. No se esperaba otra cosa. En todo este desastre, los Reyes han estado a la altura y en su sitio. También en Letur y con las víctimas de Castilla-La Mancha: Felipe y Letizia sí. Pedro Sánchez y Teresa Ribera no, aunque tampoco creo que nadie les espere. A Page le preguntaron el otro día sí sabía de alguna posible visita de Sánchez a Letur y, obviamente, no tenía ni idea. Ni falta que le hace.