Por segundo año consecutivo, el cambio de año lleva doble ración de uvas para mí. Esta semana he estado, como invitada consorte, en un evento no digno para supersticiosos. Nos comimos las uvas fuera de día y, lo que es peor, fuera de hora. Veremos si eso trae suerte o castigo.

Hubo premios, photocall, cóctel, uvas, churros y hasta chocolate. Una especie de Nochevieja exprés, porque estaba todo, pero todo rápido. Espero que ese "acelere" no se me contagie para 2025. No les mentiré, me lo pasé bien, pero a mí allí me faltaba gente. Cuando haces eventos muy exclusivos se te queda fuera la gente más divertida; eso hay que arreglarlo.

Al outfit del evento también hay que darle una vuelta. Algunos iban de pura Nochevieja, como mi querida Claudia, que es tan bella que se le perdonan hasta las lentejuelas; otros de premios Oscar, les puedo confirmar que no había alfombra roja; y algunas haciendo gala de su habitual "no estilo". Otros parecían llegados de vendimiar las uvas que nos íbamos a comer después. Hablo de invitados, no de premiados, lo digo porque sé que tenemos todos la piel muy fina. Mis amigas y yo íbamos en plan trillizas, todas de negro, cada una con sus brillos y transparencias y acompañadas de un caballero, al más puro estilo James Bond. Hizo bien su papel, le volveremos a fichar. Sugiero a la organización, me inviten o no, instrucciones precisas de vestuario para la próxima edición.

Los premios muy bien, en mi opinión todos merecidísimos. Especial mención a Mabel Lozano, esa mujer transmite energía, alegría y capacidad de lucha. Mabel sigue voceando, que es lo que hacemos solo algunas y deberíamos hacer muchas. Un 10 también a todos los mensajes contra las violencias machistas.

A los políticos que hablaron solo les diré tres cosas, una a cada uno:

- A la vicepresidenta de la Diputación, que mida los tiempos: no puede ser que el discurso de quien entrega el premio dure tres veces más que el discurso del premiado.

- A la portavoz del Gobierno: estoy de acuerdo con ella, hay que acabar con los mensajes de odio, pero que se lo apunten esto algunos en su partido en Castilla-La Mancha cuando hablan de algunos de su partido en Ferraz.

- Y al alcalde de Toledo, que llego muy tarde, justo para hablar: querido Carlos, no se puede estar en misa y repicando, ya tú sabes.

En los corrillos, al menos en los míos, no hubo chicha. El tema era y sigue siendo el AVE Madrid-Lisboa y su paso por Talavera y Toledo. Nadie entiende el galimatías de reuniones con unos, sin otros.

Especial mención también para uno de los presentadores del evento, que se metió con la falta de simpatía de los toledanos. Dos cositas: lo primero es que hay que revisar el término 'Toledano de Toda la Vida' y lo segundo es que los toledanos somos bordes, pero educados. Saludar, saludamos. Me llamo Ángeles y estos son mis demonios.