![Inés Cañizares, vicealcaldesa de Toledo, en una imagen de archivo.](https://s1.elespanol.com/2025/02/05/eldigitalcastillalamancha/opinion/921918024_252861785_1024x576.jpg)
Inés Cañizares, vicealcaldesa de Toledo, en una imagen de archivo.
Maltrato indignante de Marlaska a la Guardia Civil en Toledo y Page volcado en su gira nacional y ganando la batalla a Feijóo
Vamos con lo primero y más importante. Duele en el alma el maltrato institucional y el desprecio oficial a las familias de la Guardia Civil en Toledo. Es indignante: entiendo su preocupación y su cabreo ante el desalojo exprés al que están siendo sometidos por el desbarajuste, el ninguneo y la falta de previsión del Ministerio del Interior y la Dirección General de la Guardia Civil. Qué feo, Fernando Grande-Marlaska, qué feo.
Los agentes, sus hijos, sus familias, están que trinan y con toda la razón. Todo mi apoyo para ellos. Hay constancia de informes de 2021 y 2023 avisando del penoso estado de las instalaciones, pero han tenido que pasar todos estos años sin tomar medidas y, ahora, a bote pronto, sin calzador y sin anestesia, ordenan el desalojo en quince días y todos a la calle. ¡Vaya bodrio! Al Gobierno de Pedro Sánchez, responsable último de la chapuza, se le tendría que caer la cara de vergüenza.
He dicho y ahí lo dejo, que me estoy calentando. El caso es que vemos al presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, volcado absolutamente en su gira mediática nacional y con su cabeza puesta en atizarle a Sánchez un día y otro día y otro día. Ora en la tele, ora en la prensa, ora en un foro. Se ha embarcado Page en una tournée infinita de canutazos y discursos que ya veremos dónde le lleva, aunque de momento al sanchismo no parecen rozarle estos inofensivos arañazos, tan ricamente acomodado como está en la Moncloa, así pasen los siglos y los zambombazos.
Así que Paco Núñez, el jefazo regional del PP, tal vez lleve razón cuando se malicia que Page trabaja para dar el salto a Madrid y suceder a Sánchez, pero se me ocurre que es posible, y hasta probable, que el presidente castellano-manchego necesite munición de mayor calibre para esa aventura postsanchista, si es que quiere darle alguna viabilidad real. La política española está más llena de barro que nunca antes en esta democracia y, como ha dicho el propio Page, es la hora de dar un giro al centro.
Cierto es, como reconoce el propio Núñez, que es legítimo que Page quiera cruzar la M-30 y hasta el tal Borja Semper ha dicho esta frase reseñable que enreda en el runrún: “Al PSOE le iría mejor con Page y a España le iría mejor con Feijóo”. Pues eso, que hablando de Feijóo, un dato que tiene su aquel: el líder nacional del PP perdió este martes la batalla de las audiencias televisivas frente a Page, cuerpo a cuerpo uno en Antena 3 con Susana Griso y el otro en Telecinco con Ana Rosa Quintana.
O sea, Ana Rosa, con Page dentro, lideró la franja con un 14,8 de cuota de pantalla, mientras que Susana con Feijóo se quedó en el 13,5, datos que tuvieron su reflejo en Castilla-La Mancha, con un 15,1 para el líder castellano-manchego y un 13,1 para el presidente nacional de los populares. No está nada mal que un barón autonómico, aunque sea el más famoso y resultón de España, le gane la partida de la tele al superjefazo de Génova, que además son buenos amigos y se llevan bien, como creo recordar que ambos han reconocido. Ya se sabe que su enemigo común es Pedro Sánchez.
Así las cosas, observo con perplejidad la crisis interna de Vox, el partido de Santiago Abascal. Esto es un hiperliderazgo o yo que sé, pero no termina de ir por buen camino, aunque las encuestas, curiosamente, le están dando un subidón. Las dimisiones por sorpresa se están haciendo crónicas y en Castilla-La Mancha, por ejemplo, la última ha sido la de Milagros Calahorra, vicepresidenta de la Diputacion de Ciudad Real, que se ha largado en un suspiro y sin explicar por qué. Ella sabrá.
Y en este terremoto, no son pocos los que miran con curiosidad y mucho interés a la vicealcaldesa de Toledo, Inés Cañizares, cuyos pasos se observan cada día como si fueran los últimos en Vox pero sin que nadie se termine de caer del guindo. Cañizares guarda siempre mucha prudencia y discreción y no se mete en jaleos, sobre todo porque le ha cogido el pulso a Toledo y anda tan ricamente instalada al lado de Carlos Velázquez, el alcalde popular, sin más películas de miedo. Pero esta semana ha dicho algo llamativo, algo así como un misil aire-tierra: que en Vox tienen que existir libertad y democracia. Es decir, que antes yo la veía más de verde y ahora más de azul, de modo que permaneceremos atentos a esta pantalla. Como ha escrito el bueno de Guillermo Vila, "Inés, calienta que sales".