Toledo parece decidida a presentar batalla para ser Capital Europea de la Cultura en 2031. No lo tiene fácil, la lista de las ciudades con las que compite es, cuando menos, complicada. Granada, Oviedo, Burgos o Cáceres son algunas de las candidatas en liza.

Pero, ¿qué supone ser Capital Europea de la Cultura? Pues, todo parte de una iniciativa de la Comisión Europea, allá por los años 80, para promover la diversidad cultural. Básicamente, lo que se busca es que esto de la cultura sea algo a tener en cuenta en el diseño a futuro de las ciudades seleccionadas. Sin olvidar, claro está, el plus que supone ostentar esta 'marca' de cara a promocionar el perfil internacional (y turístico) de cualquier urbe.

En España ya tenemos experiencia en lo de ser 'Capital Cultural'. La primera fue Madrid, en aquel mítico 1992, seguida de Santiago de Compostela (2000), Salamanca (2002) y San Sebastián (2016). Y parece que funciona. Sin ir más lejos, San Sebastián aseguraba en 2017 que esta iniciativa mejoró la gobernanza de la cultura de la ciudad -especialmente en el ámbito de la colaboración público-privada-, supuso un impulso en positivo de su imagen y demostró que había ideas en sus calles, tanto es así que más del 80% del presupuesto fue gestionado por agentes locales.

Por no hablar del caso de Madrid. ¿Adivinan en qué año se dio forma al 'triángulo del arte' formado por el Prado, el Reina Sofía y el Thyssen? ¿Y el año de la apertura del Faro de Moncloa y de la Casa de América? Pues eso.

Sin que sirva de precedente, no me disgusta la decisión del Ayuntamiento de encargar la gestión de esta candidatura a la Real Fundación Toledo. Como tampoco lo hace la manera de arrancar la agenda cultural del año. Lo de traer a una ciudad como Toledo una exposición de arte contemporáneo me parece una clara declaración de intenciones. De este fin de semana no pasa el ir a visitar la exposición ‘Miradas Fragmentadas. Artistas españoles en el siglo XXI’, con obras de Canogar, Barceló y Gordillo, entre otros. Para los despistados, la muestra se inaugura hoy jueves, 6 de febrero, en el Centro Cultural San Marcos.

Veo lógico el apoyo económico de la Diputación, pero echo en falta la colaboración de instituciones como la Junta de Comunidades o la UCLM, no sé en estos momentos si por omisión de ayuda o por falta de invitación. Tanto si es por una causa o como si es por la otra, todavía hay tiempo de deshacer el entuerto. Aviso de que en Burgos la Universidad ya está en la primera fila del comité asesor, junto con instituciones de peso, como el Museo de la Evolución Humana, y también he visto como la Junta de Extremadura lleva tiempo haciendo campaña por Cáceres. Por no hablar de  los casos de Granada y Oviedo, ciudades en las que, por lo que he podido leer, los respectivos Gobiernos regionales parecen compartir con los ayuntamientos el liderazgo de la candidatura.

Lo que no me gusta nada -pero nada de nada- es el eslogan elegido. Lo de ‘Toledo, luz de Europa’ no lo veo. Me suena demasiado manido. Ya hemos tenido un Lux Greco, tenemos ahora el Lumina de la catedral… Si queremos ser Capital Europea de la Cultura, busquemos algo que todos entendamos, algo así como ‘Toledo inspira’, entendible en inglés, alemán y francés (inspiration), en  italiano (ispirazione), en portugués (inspiração)… No sé, yo le daría una vuelta al tema.

Pero lo que realmente me gusta de esta candidatura es la oportunidad que brinda a la ciudad para poner en marcha proyectos interesantes. ¿Lo de crear en el Valle un auditorio al aire libre? A priori no me parece mala idea, aunque habrá que ver su impacto en el entorno. Asimismo, puede ser una oportunidad para comenzar a ver alguna de las promesas hechas en los últimos meses por nuestro munícipe mayor, como la de poner en valor el Circo Romano. Casi todos los días paso por este espacio y lamentó mucho decir que aún no he visto nada de lo anunciado por nuestro alcalde el pasado verano.

Con todo, insisto, me gusta que Toledo quiera ser Capital Europea de la Cultura. Espero que se lo tome en serio. En 2027 se sabrá la decisión final. Hasta entonces… se verá.