¿Soltará el cazador la presa? Difícilmente. Y menos cuando la presa es el presidente del Gobierno, Sr. Sánchez. ¿Soltará el pescador las piezas pequeñas para volverlas a capturar cuando hayan crecido? Probablemente tampoco en un negocio en el que prima el presente y el futuro siempre es incierto. ¿Soltaba la Inquisición a sus víctimas? No, desde luego. Una vez atrapadas sus destinos dependían de las veleidades de la institución. Como en la justicia actual. La acción combinada de la justicia, los medios de derechas y el uso partidario condena a los implicados a un estigma social casi indisoluble. En un reciente artículo (El País, lunes, 13 de febrero de 2025) se contaba cómo una de las hermanas Lucena, de la Puebla de Montalbán, 62 años más tarde, era torturada y condenada a cadena perpetua porque “había ayudado a su padre a hacer libros de molde hebraico" cuando era niña. Lo mismo sucede ahora. ¿Alguien puede decir cuál es el delito del hermano del presidente Sánchez, salvo de ser hermano de su hermano? ¿Y cuál el delito de la esposa de Sánchez, salvo ser esposa del presidente? ¿Soltarán los jueces españoles a algunos de los familiares de los políticos o a los propios políticos implicados en supuestos delitos ante de las próximas elecciones? Cuando caiga este, entonces tal vez se descubrirá que no había causa ni causas, salvo sus relaciones con Sánchez.
Una parte de la judicatura, según se reconoce ya sin tapujos, son pieza estratégica del engranaje que emplea la oposición de derechas para llegar al poder. Los jueces que se implican abren causas sobre datos supuestos o reales. En el caso de Begoña Gómez se inicia el proceso con la presentación de unas fotocopias de periódicos, varias reconocidas como informaciones falsas. Da igual, lo que importa es entrar en la Moncloa. Lo escenificó el juez entrando en su humilde cochecito de probo funcionario en la sede del poder ejecutivo. Había puesto un pie en la Moncloa. En este caso, recientemente las asociaciones ultras que presentaron las fotocopias falsas se muestran preocupadas por los excesos del juez Peinado y le piden cautela no se les vaya a escapar el presidente vivito y coleando por el entusiasmo alocado de un juez que se siente un héroe. En el caso del hermano de Sánchez, debieran ser investigadas todas las diputaciones provinciales de España. El hermano y la esposa quedarán libres cuando caiga la gran presa. De momento se acumulan las actuaciones, se buscan testigos, se prolongan las citaciones, se estiran los procesos, o se hacen coincidir con algunos momentos estratégicamente seleccionados. Los medios de comunicación afines los amplifican, repiten los datos, los modifican, introducen sospechas nuevas, narrativas destartaladas. Lo que haga falta con tal de llegar a las siguientes elecciones con un Gobierno desgastado.
Los antecedentes indican que los jueces actúan con total impunidad. Los despojos que vayan dejando en sus procesos, justos o injustos, no serán de su incumbencia. Nadie se sentirá en la obligación de reponer los destrozos causados. Invocando la necesidad de un trabajo independiente los jueces siguen reclamando para sí mismos impunidad, inmunidad e inviolabilidad. Y es cierto que hay que mantener estatus especiales para quienes tienen depositado por los ciudadanos la enorme responsabilidad de dirimir sus conflictos. Pero igualmente son necesarios mecanismos compensatorios que repongan en los acusados, y absueltos años después, los sueños interrumpidos, las vidas truncadas, los desarrollos vitales cercenados, las honras cuestionadas, las ambiciones estranguladas por funcionarios públicos que confunden su labor jurisdiccional con la posición ideologica de un bando. Y también es necesario que se arbitren formulas para sancionar a quienes, abusando de su especial posición, han destrozado por razones ideológicas vidas y proyectos de otros.