García-Page reza por Sánchez. Políticamente no le traga pero desea con apasionado fervor que gane las elecciones y no destroce a un PSOE carcomido de incertidumbres sobre el 28 de abril y todo lo que vendrá después. El presidente de Castilla-La Mancha siente una distancia sideral con el sanchismo, así como si fuera otro partido, pero un desplome de Sánchez en abril puede ser una catástrofe territorial en mayo y esa hipótesis hace que los deseos de todo el socialismo vayan en la misma dirección. El efecto contagio de las generales parece inevitable en las autonómicas y municipales y esa es la única certeza en la que hoy coincide todo el PSOE al completo: no hay más remedio que volcarse con Pedro Sánchez todo el mundo porque en su destino va la suerte de los demás. El dominó corre para todos, el pedrisco ahora es maná universal.
Tal vez sea esta una de las bazas que juegan a favor de Sánchez. Entre otras. Va a tener a sus barones, críticos o no, apretando en una campaña electoral en la que inevitablemente todos se la juegan. El 26 de mayo va a ser una segunda vuelta y de ahí la importancia de salir airosos en la primera. Los socialistas volverán a estar unidos en torno a un presidente en el que muchos no creen, o creen sólo a medias, o creen ahora porque no tienen más remedio, pero con el que van a montarse juntos en la misma furgoneta para recorrer el ruedo ibérico en busca de votos. Cada uno tirará para los suyos, pero todos sumarán para el presidente Sánchez, que tal vez ahora sí vaya a ser el líder que nunca fue de verdad en el PSOE. No para todos. Efectivamente, Sánchez es un resistente, un superviviente, un ratón político que se las sabe todas y que ya tiene demostrada una alta capacidad para superar el fango, crecerse en la adversidad y conseguir victorias después de muerto y rematado.
Se equivocan profundamente los que ya están dando a Sánchez por amortizado. Ni mucho menos. El presidente del Gobierno ni está políticamente muerto ni parece que vaya a estarlo necesariamente el 28 de abril. El doctor-genio de la Moncloa se crece en las batallas. Aquí hay mucho partido y es un grave error pasar la página sanchista antes de estar leída e interpretada. Es posible que sea un político calamidad, un loco de ambición y un aventurero de la política que necesita el poder en vena como ninguna otra cosa, un dirigente sin escrúpulos rey del como sea, pero precisamente por eso su pulsión es tan gigantesca y su deseo tan ferviente. Febril de poder, el hombre del Falcon piensa seguir volando. Quiere seguir a toda costa y hará todo lo que esté en su mano para conseguirlo. Pensar que el 28 de abril saldrá de la Moncloa por inercia es un pensamiento tan equivocado como letal para sus enemigos. Toca guerrear. Page reza por Sánchez y Sánchez se lanza al mundo con toda su fe de resistente a ultranza y menos solo que nunca. La heroica ha comenzado.