Un correvuela que ha empezado a circular plantea la última hipótesis loca de esta campaña electoral en Castilla-La Mancha. Es tan improbable como electrizante pero tiene su aquel: ¿Y por qué no Carmen Picazo presidenta? La candidata de Ciudadanos a la Presidencia de la Junta, salvo milagro, no va a ganar las autonómicas del 26 de mayo pero puede quedarse en situación de tenerlo todo en su mano y apostar a izquierda, derecha o medio centro. No sería la primera vez que un resultado medianejo, con las cartas bien jugadas, termina ganando la partida y colocando a un aspirante imposible en los primeros salones del poder. La clave está en no ponerse límites y abrir todas las perspectivas, y quien sabe si estas elecciones, que se presentan tan chisgarabís, no están por darle otra vuelta de tuerca a la sorpresa y derribar algunos muros de lo establecido o lo previsible o rutinario. ¿Y por qué no Picazo?, dice el rumor a vuelapluma ante un 26-M que aspira a ser incierto y rompedor.
Es verdad que Masterchef Tezanos ya nos ha marcado el hombre la hoja de ruta de nuestro voto y que obedientemente la realidad terminará pareciéndose al cocinado de sus encuestas, como ya sucedió en las generales, pero me gusta jugar a imaginarme que se ha puesto en marcha una rebelión en cadena y que tal vez pueda evitarse lo demoscópico inevitable, o sufrir un ligero desvío, y que nada esté escrito en ningún sitio hasta que suceda y esa sea la única verdad. Si lo pensamos bien, este punto de sal es una de las emociones apasionantes de la vida: la explosión de la libertad frente a los carriles predeterminados por los que nos quieren discurrir los poderosos. Sólo hay que echar a andar y mirar con otra mirada.
O sea que si Carmen Picazo, terminado el recuento de la noche electoral, se queda en exclusiva con el centro del campo en un estadio sin mayorías absolutas podría tener ante sí tres alternativas, y no dos, para convertir el partido en un partidazo y terminar ganándolo desde la modestia del recién llegado a la primera división castellano-manchega: cederle la victoria a Emiliano García-Page, dársela a Paco Núñez o directamente mirar sus opciones de quedarse con el balón y los tres puntos, o al menos intentarlo. La teoría es un puro disparate loco y no tiene futuro, pero ¿y si sí? En este escenario imposible, Núñez podría ofrecer a Picazo algo que Page no puede y esa posibilidad, llegado el caso, abre un mundo de opciones desconocidas que no sabemos qué horizonte nos puede poner delante de los ojos. Así que la vida se expande de par en par, aunque en realidad cuando despertamos el dinosaurio siempre sigue ahí y nos damos cuenta de que inevitablemente todo ha sido tan solo una dulce provocación imposible. Un juguetito, sin más.