Ya se ve que Paco Núñez es un tipo pasional. Arrollador y optimista, sin miedo. Al presidente del PP de Castilla-La Mancha le gusta ver el lado bueno de las cosas y mirar la realidad con sus colores más vistosos. Es un tío joven e impulsivo, a su trantrán, y se le ve despreocupado por las embestidas cotidianas de la maquinaria socialista, que le ha cogido fijación y le arrea cada día tres o cuatro puyazos con intenciones dolorosas. Es la manera que tiene el PSOE de Emiliano García-Page de sortear la oposición y hacerle de menos al candidato del PP, que, sin embargo, no se arruga y parece fuerte como un toro en la arena cuando todavía tiene todas las expectativas por delante. Paco Núñez le pone mucha intensidad a su trabajo, que consiste en prepararse para ganarle a Page las autonómicas del 23, y se está pateando toda la región a un ritmo frenético que ya veremos en qué acaba.
Me cuentan que ahora, además, Paco Núñez se ha vuelto un entusiasta. Se ha convencido a sí mismo, y a algunos de los que revolotean a su alrededor, de que tiene opciones para convertirse en el próximo presidente de Castilla-La Mancha y a esa tarea se ha encomendado en cuerpo y alma. Page hace como que políticamente le desprecia pero en realidad no le pierde ojo. Por lo que pueda pasar. El gran golpe de Isabel Díaz Ayuso en Madrid y el “cambio de ciclo” que auguran las encuestas en España han metido en vena a Núñez una ventolera de ilusiones y un sinfín de expectativas, y ahora el líder de los populares castellano-manchegos cree que en dos años llegará su gran momento: la Presidencia de la Junta. El miedo es libre y ha entrado en los ventanales socialistas, que tal vez se equivoquen sin tontean con la indiferencia ante la “nueva realidad”: no creo que ni Page ni la dirección regional de su partido vayan a meterse en este error.
Así que las espadas están muy en alto. El ayusazo ha abierto un nuevo tiempo político en España que puede ser un espejismo o, por el contrario, ponerlo todo en revolución. Y esa es la duda para el 2023: ¿cómo afectará Madrid, la legislatura y el inexplicable Gobierno de Pedro Sánchez en el mapa autonómico de España? ¿cómo le influirá a Page en Castilla-La Mancha? ¿qué campo de sueños se ha abierto para Paco Núñez? De momento es seguro que el presidente Page, que es un político inteligentísimo y sagaz y un lince con la vista muy larga, ha acusado recibo y se ha tomado muy en serio la hipótesis de un tsunami que ponga todo del revés, más aún a la vista de un Sánchez con el alma suicida y dispuesto a lo que sea para seguir un día más en la Moncloa. Incluso llevarse al PSOE por delante. O sea que Page se ha puesto en alerta y Núñez en expectativa, y los dos van a librar una batalla castellano-manchega por el poder que nos promete un par de años políticamente apasionados. De una gran intensidad.
Aunque ya veremos. Porque también puede ocurrir que el globo estalle, desaparezca en el horizonte y el humo termine por desvanecerse. Cómo lágrimas en la lluvia.