El género del cómic, o del tebeo de toda la vida, tiene, en lo que se ha dado llamar novela gráfica, una veta que se amplía día a día. Si los comienzos de este nuevo género fueron las adaptaciones directas de los clásicos, a la manera de aquella colección Historias de la editorial Bruguera en la que se alternaban las páginas de viñetas con las del texto, cada vez más aparecen obras pensadas desde el principio para ser presentadas como tales. Hace unos meses comentaba aquí mismo una biografía de James Joyce centrada en sus andanzas en Dublín y su reflejo en el célebre Ulises; hoy es una biografía de Gabriel García Márquez.

La originalidad de esta biografía gráfica está en que el guión está desarrollado por cuatro dibujantes diferentes, a la vez que el relato se descompone en cada uno de ellos en diferentes planos temporales en los que se desarrolla por una parte el proceso de creación de Cien años de soledad, la vida del propio escritor y su paso por las redacciones de los periódicos en Bogotá, México o París y la historia familiar, de sus padres a su abuelo, el coronel omnipresente en casi todos sus relatos, que serían la raíz de todo su mundo literario.

Como dice el guionista Óscar Pantoja, en un epílogo que titula La construcción de lo mágico, el libro no es otra cosa que la pretensión de explicar desde otro punto de vista más, el nacimiento y la raíz del que algunos han considerado el Quijote americano del siglo XX.   

Si hay que poner alguna pega a esta obra, que se apoya en los libros de Plinio Apuleyo Mendoza, de Cobo Borda, de Gerald Martín o de Mario Vargas Llosa, es esa tendencia a la hagiografía que los biógrafos tienen con sus personajes y que les hacen aparecer como seres que acaban pareciendo no de este mundo.

Sin embargo, hay algo con lo que uno se identifica y que a lo mejor no estaba en el ánimo del guionista pero que se acaba imponiendo y es esa tozuda realidad que señala a Gabriel García Márquez como el autor de una sola obra. Eso sí, una obra que vale por toda una vida y que cualquier escritor estaría dispuesto a pagar el precio de agotarse en ella. Y es que, se pongan como se pongan los “gabólogos” de cabecera, toda la obra, antes de Cien años de soledad, es un ensayo para llegar a ella, y todo lo que vino después, con excepción de Noticia de un secuestro, no es otra cosa que un autoplagio sin sentido.

Muy recomendable para incondicionales de Gabo y para los aficionados a los libros con muchos “santos” y poca letra. Nadie perderá el tiempo con Gabo. 

 Gabo. Memorias de una vida mágica. Guión: Óscar Pantoja. Ilustradores: Miguel Bustos, Felipe Camargo, Tatiana Córdoba y Julián Naranjo. Editorial Sinsentido, 2013. Sin paginar. Servicio de préstamo de la Biblioteca Municipal José Hierro de Talavera de la Reina.