Blog de Lecturas

Diario íntimo de Miguel de Unamuno

14 julio, 2018 00:00

Alianza editorial, en su benéfica colección El libro de bolsillo, lanza la séptima edición de este Diario íntimo de Miguel de Unamuno, que uno, tras leerlo, considera que debería llevar como título más bien el de Diario místico o religioso, ya que el noventa y nueve por ciento de los apuntes tiene ese trasfondo.

Publicados por primera vez en 1970, estos cinco cuadernillos presentados sin notas ni introducción ni prólogo están escritos en la última década del siglo XIX (el último cuadernillo tiene como fecha apuntes de 1902), cuando el filósofo bilbaíno tenía entre treinta y cuarenta años y la obsesión religiosa ocupaba buena parte de sus pensamientos.

El Unamuno que aquí aparece es un ortodoxo que se reafirma en una fe sin fisuras y en una búsqueda de un camino en el que la duda existencial que en años posteriores será una de sus señas de identidad no parece tener cabida. Es un hombre reafirmado en la fe de sus mayores a la que modela de una forma radical y vehemente personalmente. Nada del Unamuno dubitativo que los manuales de filosofía describen posteriormente en su vida. Este diario, sin la firma por medio, podría ser el de un santo español del XVI; la única concesión a su tiempo son las referencias al socialismo, entendido más como fraternidad universal que como un modelo socioeconómico de soluciones. Entre medias, de vez en cuando aparecen algunos apuntes de alguna otra materia, aunque siempre relacionándolas con el numen central del libro y que son las que uno ha leído con mayor interés. Ahí va un ejemplo:

“Entre los dones que debemos a la Bondad de Dios es uno de los mayores la música. No hay música mala. Hay obras literarias malsanas, impías, desoladoras; hay cuadros que excitan a la concupiscencia. La música es según se la recibe: en un alma pura toda la música produce sentimientos de pureza.

La música ahonda nuestros sentimientos, los nuestros, hace que seamos más nosotros mismos. Una misma tocata sume al voluptuoso en el fango de su voluptuosidad, mientras al puro le hace recrearse en su pureza.

Es la música como un sacramento natura, una revelación natural del canto con que la naturaleza narra la gloria de Dios.

En el templo la música guía y empuja las meditaciones de los  fieles y les da unidad, haciendo que comulguen en meditación.

No hay música más grande ni más sublime que el silencio, pero somos muy débiles para entenderla y sentirla. Los que no podemos sumirnos en el silencio y recibir su gracia, tenemos a la música, que es como la palabra del silencio, porque la música revela la grandeza del silencio y no nos da la charla vana.

¿Porqué he sido siempre tan frío para la música, y tan charlatán, viniera o no al caso?”.

 El silencio, otro misterio que algunos no comprenden.

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Miguel de Unamuno. Diario íntimo. Alianza Editorial, 2018. 198 páginas. 9€.