A estas alturas del año y celebradas las Mondas de Talavera, ya deberían estar presentados dos libros dedicados a la historia de Talavera de la Reina de los que habitualmente ven la luz cada año en esas fiestas. Ángel Ballesteros, que preside el jurado del premio de Historia Jiménez de Gregorio y que también se encarga de la edición de los denominados facsímiles de Mondas, me ha pasado los dos libros, que cuando los virus amainen se presentarán oficialmente y yo en las próximas semanas haré una reseña de ellos.
Pero Ángel Ballesteros, que es sobre todo poeta que no ceja, también ha sacado a la luz uno de esos libros suyos, que cada cierto tiempo tiene a bien dar a la imprenta y que regala a sus amigos. Como dice el amigo Hilario Barrero en la presentación: “Es un libro-diario, un calendario poético para el recuerdo, poemas que fijan momentos, que clavan en la pared de la melancolía días de soledad y monotonía, un documento para tus nietos y para el futuro. Un libro minimalista, así desnudo de imágenes “barrocas” y metáforas chispeantes. Un libro de serena madurez, con la palabra precisa y la idea limpia de grasa.”
Y es verdad, porque cualquiera que esté mínimamente familiarizado con la larga obra poética de Ballesteros comprobará que la sencillez, la línea clara y la ausencia de artificios marcan tanto la parte dedicada de “En este tiempo oscuro”, a los días del confinamiento, como los poemas que en el final comenzaban a conformar un libro que el autor titularía “Antología de sentires” y que ahora ya se recogen en el último apartado, “Fuera de juego”.
Por el libro y alternando con fotografías de la ciudad desierta, de su casa, de las calles y los edificios vistos desde el encierro, de los lugares añorados desde el encierro, se suceden los poemas, cortos, simples, naturales, sin otra pretensión que expresar lo que la soledad, el tedio, la rutina y la memoria sugieren al poeta. Son las dudas ante la incertidumbre, ante el miedo, ante el futuro, ante la vida de antes y la que parece venir tras vivir una Semana Santa única o unas fiestas de Mondas imposibles pero siempre presentes en su memoria poética.
Solo la soledad/ por las rendijas / entra solo en mi casa. / ¿Cómo saber quién llama? / No abra la puerta. / Nos dicen y repiten./ Si al menos preguntaran / qué necesito… / Tan solo esperanza.
No faltan tampoco los diálogos con algunos de los poetas admirados como Santa Teresa, Gustavo Adolfo Bécquer o San Juan de la Cruz, como ese “En una noche oscura / -temor, temor- / perdido en el dolor. / A oscuras y segura, / ¿dónde la luz?, / me duele la tardanza. / En una noche oscura / Señor, señor, / me crece la esperanza. / A oscuras y segura, / Tú serás siempre / ese rayo de luz./
Ángel Ballesteros Gallardo. En este tiempo oscuro. Talavera de la Reina, 2020. 80 páginas. Edición no venal del autor.