Ian McEwan (Aldershot, Reino Unido, 1948) es autor de novelas de gran éxito entre la crítica y el público como El placer del viajero, Expiación, Solar, La ley del menor o Cáscara de nuez. Ahora, cambia de registro y con un comienzo en el que da la vuelta a La metamorfosis de Kafkacon una cucaracha que se despierta convertida en el primer ministro británico, presenta una fábula satírica en la que no es difícil adivinar el fondo del Reino Unido del Brexit y la Europa invadida por los populismos.
La gran aportación del primer ministro cucaracha es la vuelta de calcetín al sistema económico mediante la fórmula del “reversionismo” que se nos presenta como una fórmula infalible e inconfundiblemente británica:
“Pero la idea, una vez aceptada, se presentaba a determinados ciudadanos con perfiles hermosos y sencillos. Que el flujo de dinero se revirtiera y todo el sistema económico, incluso la nación, se purificara, se purgara de absurdos, despilfarros e injusticias. Que al final de la semana laboral, el empleado pagara a la empresa por todas las horas que había trabajado. Pero cuando fuese de compras, fuera generosamente compensado con el importe de cada artículo que se llevara. La ley le prohibirá acumular dinero. El dinero que depositará en el banco al final de un duro día en el centro comercial creará altas tasas de interés negativo. Antes de que sus ahorros desaparezcan, será conveniente que encuentre o se prepare para encontrar un empleo más caro. Cuanto mejor y en consecuencia más costoso sea el empleo que encuentre, más deberá comprar para compensarlo. La economía se incentivará, habrá trabajadores más cualificados, todo el mundo saldrá ganando. Los caseros deberán comprar incesantemente productos manufacturados para pagar a sus inquilinos. El gobierno adquirirá plantas nucleares y ampliará su programa espacial para ofrecer regalos fiscales a los trabajadores. Los hoteles tendrán el mejor champán, las sábanas más suaves, orquídeas exóticas y el mejor trompetista de la mejor orquesta de la ciudad para permitirse el lujo de tener huéspedes. Y al día siguiente, después de celebrar un magnífico concierto en el salón de baile, el trompetista tendrá que comprar a manos llenas para pagar por su siguiente actuación. El resultado será el pleno empleo.”
Como se ve, una fórmula tan kafkiana y tan impregnada de las grandes recetas populistas y que al mismo tiempo se sirve del humor, a la manera de Jonathan Swift, para denunciar la estupidez de las masas y la degeneración de una clase política volcada en halagar a su clientela.
La portada, con una cucaracha con la bandera británica en el caparazón lo dice todo sobre lo que le espera al lector de esta fábula de tintes dieciochescos.
Ian McEwan. La cucaracha. Traducción de Antonio-Prometeo Moya. Ed. Anagrama, 2020. 128 páginas. Biblioteca Municipal José Hierro de talavera de la Reina.