Este libro está editado en el mismo año de la muerte de su autor (Mondoñedo, 1911- Vigo, 1981). También es curioso el editor: Banco de Crédito e Inversiones. No es extraño, pues al final de su vida el reconocimiento le vino de todas partes. Los jóvenes descubrimos que teníamos en el rincón gallego a un escritor que se adelantó unas cuantas décadas a aquello del realismo mágico que nos vendieron con el boom de la literatura hispano-americana. El libro se puede encontrar en librerías de viejo de Internet a un precio más que asequible.
Como dice el propio don Álvaro Cunqueiro en la introducción, “Estas estampas son retratos al minuto de diversos gallegos, en los cuales aparecen algunas de las condiciones esenciales de este pueblo del Finisterre, la región más occidental de España y del Viejo Mundo… …En estos pequeños retratos míos aparece el gallego tal y como es, a la vez creedor y escéptico, mágico pero racionalista, supersticioso y espiritual… …Este gallego ha vivido durante siglos rodeado de extrañas poblaciones invisibles, “os mouros”, “as fadas”, protegido por un conjunto que sorprende a los antropólogos de “meigas”, sabias, adivinas, arresponsadoras; ha evitado con los cruceros el pavor de las encrucijadas, ha aprendido a hablar con los animales, a ahuyentar al lobo, a curarse sus enfermedades –muchas de las cuales no son de médico-, y ha sabido obtener la ayuda de los santos patronos en las iglesias perdidas en los montes, en los valles de la beiramar. El gallego tiene santuarios para la cura de todo mal, desde Nosa Señora do Corpiño que cura a los privados de la mente, hasta San Amaro, que libra del reúma a sus ofrecidos, Roque, Cosme, los Milagros de Saavedra o los Milagros de Amil…”
Pero supuesta esa realidad antropológica que define al gallego, Cunqueiro nunca se privó de añadir una realidad inventada apoyada en una no menos imaginativa erudición: “Porque lo conozco bien he podido inventarlo. Inventar algo es un método válido de conocer. Ahora tengo a toda esta tropilla gallega por muy amiga, y me parece que haya conversado por ella durante muchas horas, ya en el campo a, la sombra de un roble, ya en la casa al amor del fuego, que el gallego considera con el griego que es el animal más parecido al hombre.”
Una y otra vez, Cunqueiro no tiene ningún empacho en desvelar sus fuentes. Así, en uno de sus retratos titulado “Una siria en Ribadeo”, dice: “Un día, hace ya años, regresando de Mondoñedo a Vigo, entré en una panadería a comprar unas hogazas de pan de allá –uno de los mejores panes de la cristiandad-, y me encontré allí un compañero mío de escuela llamado Carlos Pillado, más conocido por Carlos do Herdeiro. Carlos había confiado siempre mucho en mis saberes, sin darse cuenta de que los más eran hijos de mi, y no ciencia verdadera y comprobada fantasía.”
Son más de sesenta retratos cunqueiranos al minuto que seguro que mantendrán la atención del lector y su sonrisa continua en su inmersión en este mundo único, mágico, disparatado, gallego y siempre divertido de don Álvaro Cunqueiro.
Álvaro Cunqueiro. Las Historias Gallegas de D. Álvaro Cunqueiro. Editado por el Banco de Crédito e Inversiones.1981. 144 páginas.