Esta lectura es una secuela del Elogio de la quietud de Pedro García Cuartango que hace dos semanas comentaba en este bloc, que no blog, de lecturas. En los artículos de Cuartango siempre aparece la vocación de maestro. Pienso que habría sido un gran profesor de Filosofía, de Historia, de Literatura, de escritura o de lo que se hubiera propuesta. No es maestro quien quiere. Pedro es ante todo maestro de lecturas y uno casi siempre ha seguido sus recomendaciones. Es verdad que no comparto su gusto por Dostoyevsky y me pierdo cuando de la mano de Descartes o Pascal pretende mostrar lo que no se puede decir, pero hay un ochenta por ciento de sus gustos literarios que coinciden con los míos. Cosa de la edad y de pertenecer a una generación que tenía veinte años cuando murió el general Franco en su cama.
Y unas de las lecturas en las que uno coincide con Cuartango es la novela denominada negra, aunque la verdad es que hace tiempo que la tenga un poco dejada de la mano y sólo recurra de vez en cuando a trasegar algún Simenón que otro como remedio disipante de urgencia de otras lecturas.
La vuelta a los artículos de Cuartango me ha abierto el apetito por volver a las novelas negras y sobre todo por darle un mordisco a toda esa nueva literatura nórdica que la representa. Sin embargo, he comenzado por una novela que no es estrictamente una novela negra, por mucho que todo el mundo, y el mismo Cuartango se empeñen en hablar de thriller psicológico, y su autora tampoco sea una nórdica europea, sino americana del Canadá. Desde luego la elección no ha podido ser mejor porque la he leído como sólo se leen aquellos libros que desde principio a fin te atrapan y te piden seguir leyendo. Lástima que sea la única obra de ficción de la autora y no sea posible, a no ser que exista alguna obra inédita, seguir leyéndola, porque desgraciadamente falleció en 2013, poco antes de la publicación de esta novela que se convirtió en un éxito mundial.
Es lo que tengo que agradecer a Cuartango. Sin su recopilación de artículos nunca hubiera llegado a leer esta novela, que como decía antes, es mucho más que una simple novela de suspense psicológico porque en ella lo de menos es el desenlace y lo que más el conocimiento, la profundidad y la finura con la que la autora analiza y disecciona las relaciones de una pareja en la que parece imposible que algo raro y fuera de lo común pueda suceder. Se conocen, se comprenden, se quieren, se aceptan como son. Lo tienen todo, y sin embargo…
Ya digo que no es una novela negra al uso y sí una gran novela en la que la autora demuestra unos recursos narrativos para mantener el interés del lector y un conocimiento del alma humana que la colocan en la dimensión de las grandes obras maestras. Gracias, Cuartango. Vuelvo a la novela aparentemente sin pretensiones con un regusto que hace tiempo no disfrutaba.
A.S.A. Harrison. La mujer de un solo hombre. Traducción de Gemma Rovira Ortega. Editorial Salamandra. Black bolsillo, 2016. 318 páginas. 9,50 €.