Con 'Adolfo Suárez, historia de una ambición', publicado en 1979, Gregorio Morán tuvo el mérito de realizar la primera biografía sin prejuicios del personaje cuando estaba en lo más alto de su poder. Fue el primero en rastrear sus orígenes políticos y hacerlo con una independencia que le valió el aprecio de muchos lectores y la inquina de los que entonces veían al hombre de Cebreros como alguien que estaría muchos años en el poder. Sólo hay que leer el prólogo de esta segunda entrega publicada en el año 2009 para ver muchas de las reacciones que aquel primer acercamiento al personaje produjo. Luego vendría la caída y el ver, como dice Morán en el prólogo, que "la derecha española, en la Banca, en la Empresa, en el Ejercito, en la Corona, en las clases medias, en los medios de comunicación, abominó de Adolfo Suárez, convencida de que estábamos ante un nuevo Kerenski que acercaría al poder a los “nuevos bolcheviques” del PSOE. Parece una secuencia de Billy Wilder, pero fue así, por más que ahora lo nieguen y le hayan ascendido –derrotado, quebrado y enfermo- a la categoría de icono. Y por liquidar a Suárez, que les parecía un presidente conciliador, que no sabía ponerle freno a aquella izquierda hirsuta que trataba de capitalizar una transición que habían protagonizado ellos, y nada más que ellos, llevaron a la izquierda al poder y le facilitaron la mayoría absoluta. Algo que no había logrado nadie desde que reinventaron la democracia en junio de 1979. Por eso su mala conciencia fue tan absoluta que se lo ocultaron hasta a ellos mismos, porque si quedaba algo diáfano durante la transición no es otra cosa que la evidencia de que Adolfo Suárez hubiera podido seguir. No solo porque tenía más razón que ellos, sino porque era un profesional de la política más curtido que ellos".
Y es que veinte años después aquella fotografía, atribuida a Adolfo Suárez Illana, con el rey Juan Carlos pasándole la mano por el hombro mientras paseaban en algún lugar de espaldas a la cámara, hacía olvidar a muchos la realidad de las relaciones de esos dos personajes en algunos de los momentos más importantes de la reciente Historia de España.
Gregorio Morán, que al igual que en la primera entrega no tiene ninguna piedad por buscar la verdad de lo que componía la figura política de Adolfo Suárez, de los hombres que hicieron posible su ascenso, de su ambición, de la toma de conciencia de lo que su foto en los carteles electorales había supuesto, no tiene, dos décadas después, ningún empacho en buscar a aquellos que fueron culpables de su caída irremediable.
Y entre los culpables queda, sin ningún género de dudas, establecida la primordial responsabilidad del Rey, sin la cual nunca se habría podido producir la dimisión, ni se habrían alimentado los fantasmas que en ese proceso salieron a las pantallas de televisión, ante la España estupefacta y avergonzada de febrero de 1981.
Gregorio Morán pone las cosas en su sitio y, al igual que en la primera entrega el personaje que se alza con el poder adquiere ante el lector la imagen de alguien capaz de cualquier cosa por mantenerse en el poder, en la segunda no hace mas que adquirir talla y grandes ante la adversidad y la fuerza de lo inevitable.
Suárez no se rindió nunca pero después del 23-F nada volvió a ser igual, y no precisamente porque él no pusiera todo su empeño en la tarea.
Sin ninguna duda, la primera parte de esta biografía, que comienza con la muerte de Franco y llega hasta el 23-f, es la mejor y la que aporta una visión más clara del personaje y fundamental para cualquiera que estudie la Transición. En la segunda, donde se vuelve atrás para rastrear sus orígenes y reconstruir su carrera política al lado de sus mentores, casi tutores, Herrero Tejedor, Torcuato Fernández Miranda y el propio Rey, apenas se aporta algo más que en la primera entrega del año setenta y nueve, prácticamente un corta y pega. La tercera, esos diez años al frente del CDS y las amistades y socios imposibles, tampoco pasará a la historia de la bibliografía del personaje.
Añadir sólo que la inteligencia en el análisis y la amenidad en la forma de exposición de esa primera parte, hace de esta biografía de Suárez uno de esos libros que uno tendrá siempre a mano.
Gregorio Morán. Adolfo Suárez. Ambición y destino. Editorial Debate, 2009. 640 páginas.