He leído unas cuantas biografías de Winston Leonard Spencer Churchill pero sin ninguna duda ésta es la mejor que ha caído en mis manos hasta la fecha. Es lógico, el personaje sigue interesando y el acceso a nuevos documentos de los archivos de todo el mundo, como las actas literales del Gabinete de Guerra recogidas por Lawrence Burgis, y a muchos de los diarios que se han ido haciendo públicos como los del rey Jorge VI o Ivan Maisky el embajador en Londres de la Unión Soviética o una gran cantidad de documentos privados de los hijos de Churchill, lo han hecho posible. Y ahí está el muy recomendable Esplendor y vileza, el libro de Erik Larsondedicado a su entorno más íntimo y familiar en el momento decisivo de su vida que comenté aquí hace unas semanas. Seguro que con el paso del tiempo habrá más aportaciones aunque lo que hoy nos da el periodista e historiador Andrew Roberts es difícilmente superable por la exhaustividad de las fuentes, de los puntos de vista y del análisis pormenorizado de los muchos momentos polémicos de la vida de un hombre esencial en el siglo XX.
Una de las claves del libro es la forma en la que se nos presenta toda la vida de Churchill, anterior a su acceso al liderazgo del Reino Unido, como un ejercicio para afrontar un destino que desde muy joven había tenido muy claro como si se tratara de una autoprofecía, así escribe Roberts: 2Al recordar la tarde del viernes 10 de mayo de 1940, en la que había sido designado primer ministro, pocas horas después de que Adolf Hitler hubiera desatado su guerra relámpago sobre occidente, Churchill escribe: "Tuve la impresión de hallarme en sintonía con el destino y de que toda mi vida pasada no había sido sino un largo preparativo para esta hora y para esta prueba… … No se me podía reprochar ni que hubiera declarado la guerra ni que me faltara preparación para librarla. Pensé que sabía muchas cosas sobre el particular y estaba seguro de que no iba a fracasar.""
Y sin embargo ese camino que culminaría con sesenta y cinco años no había sido ni mucho menos un camino fácil. Nadie hubiera dado un penique por el futuro de un joven de dieciocho años del que su padre decía, después de haber aprobado su ingreso en la Real Escuela Militar de Sandhurst al tercer intento y con el número 95 de los 389 cadetes aceptados pero que le obligaba a unirse al arma de caballería y no al de infantería: “Hay dos formas de pasar un examen, una honrosa y otra que es todo lo contrario. Por desgracia tú has elegido el segundo método. El primer fracaso que acredita tu actuación ha sido no haber ingresado en infantería, puesto que en ese fiasco se demuestra, más allá de toda refutación posible, tu chapucera, viva-la virgen y atolondrada forma de trabajar, rasgo con el que bien te has distinguido en las diferentes escuelas por las que has pasado. No ha habido nunca un solo maestro o tutor que me haya hecho llegar un informe positivo…”
Ni desde luego nadie daba un duro por su carrera política después del fiasco de los Dardanelos, sus cambios de partido o su particular travesía por el desierto antes de su “Hora decisiva”. Churchill, de derrota en derrota en la guerra y en política, hasta la victoria final indiscutible en la Historia. Un gigante. Un ser superior.
Andrew Roberts. Churchill. La biografía.2019. Traducción de Tomás Fernández Aúz. 1504 páginas. 39€. eBook, 10,99.