Como las novelas de Joël Dicker tienen tanta fama, he leído la última y quizás he escogido mal, porque El enigma de la habitación 622, me ha defraudado totalmente.

Se dice siempre que la realidad supera muchas veces a la ficción, pero el caso es que cuando uno se encuentra con la narración de unos sucesos y unos personajes tan inverosímiles en una novela, como es el caso, se le hace difícil mantenerlo. La realidad puede ser inverosímil pero la ficción no. Y si al final el autor no tiene otro recurso que rematar la novela como si solo se hubiera tratado de un sueño, el fracaso no puede ser más evidente.

Es verdad que buena parte de la novela se lee con el interés que suscita una trama que se va retorciendo y complicando cada vez más y en la que es difícil buscar unas explicaciones, que sin embargo, cuando se van desvelando no hay manera de que uno se las vaya tragando. Por eso, al final el autor no tiene otra que acabar rindiéndose al recurso fácil del sueño y defraudar al lector.

Y todo esto en una novela pretendidamente clásica de intriga en la que el que más y el que menos espera que no se acabe jugando con un recurso tan fácil como el que se utiliza para rematar un final de una trama y unos personajes de difícil encaje con la realidad.

Alguien dirá que mientras tanto el lector, buscando un final y unas explicaciones lógicas se ha dedicado a leer y a consumir páginas y de eso se trata el arte de entretener, pero también habrá quien que a eso se le llama hacer trampas en el solitario.

Ya digo que quizás he empezado a leer estas novelas que tanto éxito han tenido en todo el mundo por el título equivocado. El caso es que será difícil que vuelva a caer en la trampa. En esto de los enigmas y las tramas uno quiere juego limpio por parte del creador y considera una triste burla cuando se encuentra con una trama y un relato resuelto con la trampa con que lo hace Joël Dicker.

Así que ya saben, si quieren ser engañados de principio a fin con el relato de un sueño y un enigma que nunca existió, lean esta presunta obra maestra de la novela de intriga. Una broma que a uno no le ha hecho ninguna gracia.

 

Joël Dicker. El enigma de la habitación 622. Traducción del francés de María Teresa gallego Urrutia y Amaya García Gallego. Editorial Debolsillo, 2022. 648 páginas. 12,30€. eBook, 8,54.