A Page se le cierran las salidas
Es muy significativo que todas las interpretaciones del nuevo golpe de teatro de Pablo Iglesias Turrión coincidan en señalar al PSOE como el primer damnificado. Antonio Hernando, su portavoz en el Congreso de los DiputadoS, no lo ha dudado ni diez minutos, que fue el tiempo de reacción que le concedieron antes de que la banda repitiera ese paseíllo y comparecencia, entre la estética de Tarantino y el cine quinqui de Eloy de la Iglesia, con el que le exigieron a un tal Sánchez, la Vicepresidencia del Gobierno, el Ministerio de la Gobernación de Camilo Alonso Vega y la televisión de Adolfo Suárez. Lo han vuelto a hacer y, en Castilla La Mancha, “el órdago al PSOE, mediante una moción de censura a Rajoy” suma la tercera intentona. Las dos anteriores fueron la ruptura unilateral del pacto de investidura una semana antes de la defenestración de Ferraz y el histórico golpe de los presupuestos, en el que por aquello de que aún el compañero Llorente sigue siendo uno de los nuestros, le avisaron de cómo debía votar, no diez minutos, sino una hora antes.
Todo ha dado un vuelco esta mañana de finales de abril, porque en los Gilitos, Molina III y Llorente el Mudo, han seguido con una fidelidad perruna el guión que marcaba antes de las primarias socialistas la estrategia de TBO del Juego de Tronos con el que el líder se arrulla agarrado al tronco de encina, cual Lady Leño en la ensoñación delirante de Twin Peaks. A Page se lo han puesto muy difícil lo suyo con Podemos, por no decir imposible, desde la Carrera de San Jerónimo cuando Antonio Hernando ha calificado de “manifiesta mala fe” la supuesta moción de censura contra Mariano Rajoy. Nunca antes se vio que a quien iba dirigida la reprobación animara a su presentación, mientras los supuestos beneficiarios se desmarcaban del regalo. Otro logro de un líder al que uno reconoce su capacidad para dar jornales fáciles a los de la Cofradía de la Santa Columna. ¡Qué sería de nosotros sin sus ocurrencias!
Y es que, si todavía quedaban en el PSOE gentes convencidas de que lo de Podemos no es sino la necesaria forma en que las izquierdas mutan con el signo de los tiempos hacia su inevitable confluencia, después de lo de ayer la cifra de adeptos se habrá visto reducida de una manera drástica. ¿O no? Que diría Mariano.
Por lo pronto, en el camino natural elegido por García-Page para su supervivencia política ha aparecido un escollo que después de tres golpes, uno tras de otro y cada vez con peor estilo, confirman que lo tiene muy difícil y que además de convencer a García Molina y a Llorente con un cocido en los bajos de Fuensalida, tiene trabajo adicional con el líder carismático, que es el que desde septiembre pasado está imponiendo su coleta en la región. ¿O no?