Y entre Susana y Pedro saltó Emiliano… y Cospedal
Era un tema que a buen seguro tenían previsto los equipos de comunicación de los dos aspirantes a la Secretaría General del PSOE. (El tercero, Patxi, simplemente aspira a ser algo con uno o la otra). La cuestión no es otra que la contradicción, ya ampliamente explotada como argumento entre los descontentos de Page en la región, de apoyar la defenestración de Sánchez por intentar un gobierno con Podemos en España, y mientras, gobernar él mismo apoyado por Podemos. Susana atacó con la necesidad del PSOE de marcar territorio con los de Pablo Iglesias Turrión y Pedro Sánchez aprovechó la inercia del derechazo para devolverle un revés digno del mejor Nadal: “Los gobiernos de Lambán en Aragón y de Page en Castilla-La Mancha, demuestran que es posible…”. A Susana entonces le faltaron reflejos, o le sobró prudencia por si metía a Emiliano en un aprieto, para poner la pelota en el otro lado de la red recordando cómo todo se había desbaratado en Castilla-La Mancha a cuenta de los presupuestos. Las malas compañías tienen ese peligro, podría haber dicho Susana. Pero no. Se calló y dejó rodar la bola a favor de Pedro, que pocos minutos después se apuntaba la victoria del PSOE en Castilla-La Mancha, como las de Extremadura o Valencia, como ejemplo de la dinámica favorable de recuperación territorial que su paso por la Secretaría General del PSOE había producido. Tampoco contestó entonces Susana, aunque más adelante le recordara a Pedro que en Castilla-La Mancha el PSOE “no hemos sido ganadores sino segundos”. Cualquiera telespectador no avisado, a estas alturas del debate, creería que el mejor defensor de Page es Pedro Sánchez.
Claro, que en la segunda parte Susana, por si alguien había entendido mal, tuvo a bien hacer un repaso de las regiones en las que hay gobiernos socialistas (por supuesto fieles seguidores de sí misma) y de las políticas que les diferenciaban del PP, entre las cuales incluyó los Planes de Empleo de la Junta de Castilla-La Mancha. Entonces fue cuando también matizó: “Aunque no hemos sido ganadores sino segundos”.
Y ¡cómo no! Si en el debate de fondo los tres tenían claro lo tóxico y maléfico que es el PP, menos cuando se olvidaron de recordar a Patxi López que gracias al PP había llegado a gobernar en el País Vasco, algo de lo que se jactó continuamente, no podía faltar en el debate la malvada Cospedal, arrojada cual tormenta de pedrisco contra la pretensión de Susana de compatibilizar la Presidencia de la Junta de Andalucía con la Secretaría General del PSOE.
No está mal el balance de nombres propios de la región en un debate en el que aparte de Rajoy, González y Zapatero escasearon los nombres propios fuera de esos dos autoegos exaltados y disimulados bajo una falsa humildad que son Susana y Pedro. Patxi, nada. Como de costumbre.