La ventaja de llamarse Emiliano y ser del PSOE
Desde hace muchos años decirse de izquierdas tiene un sinfín de ventajas. Puedes decir y hacer una cosa y su contraria sin ningún miedo a contradecirte. Siempre habrá una corriente de opinión que te justificará con entusiasmo, y el complejo de los demás ante la “superioridad moral” acreditada ante Marx y ante la historia hace el resto. Si eres del PSOE, barón autonómico y rival acreditado del líder de tu partido, ya no te cuento, porque se te abren todas las puertas para justificarte. ¡Algo hemos mejorado!, porque hace unos años el que se movía no salía en la foto.
El axioma inmutable y partidista de la foto fija lo rompió Bono con el olfato que le caracterizaba para la política y para hacerse un capitalito, hípica a hípica y best-seller editorial de a ochocientos mil euros la tirada. Anchuras y las Hoces del Cabriel fueron dos formas de presentarse ante el elector como un político en cuyo carnet no cabía el voto de obediencia y entregado a sus votantes. Tras él han sido unos cuantos los que se dieron cuenta de que era rentable aparecer como el tribuno del pueblo que pone por delante a sus electores antes que al partido. García-Page ha mamado de esa ubre, y en la entrevista que el domingo concedía a La Tribuna aparece bien claro para quien todavía tenga una duda de con quién se juega los cuartos. Y si no, lean completa la entrevista y tomen nota de cómo dejar a Maquiavelo a la altura de un maestro zen. Primero dice: “El nuevo gobierno tiene la oportunidad de destinar los 145 millones del Almacén Temporal Centralizado de residuos nucleares (ATC) a medidas sociales o a paliar el paro”. Un deseo según el cual Pedro Sánchez tendría que buscar aliados entre los que votaron a su favor en la moción de censura para trasladar el ATC de Villar de Cañas, por ejemplo a Cataluña o al País Vasco, porque ni siquiera el propio PSOE niega la necesidad imperiosa de ese ATC.
Pero es que a continuación García-Page no tiene ningún empacho en añadir: “Hay que terminar de aprobar el presupuesto del PP, creo que es lo saludable”. O sea, que lo saludable es aprobar el presupuesto del PP, pero un asunto de Estado, como el de la gestión de los residuos nucleares, debería ser pospuesto de nuevo porque un solo barón del partido de los 80 diputados lo pide en el mismo lote que la aprobación de un presupuesto que dos semanas antes era antisocial y discriminatorio para el noventa por ciento de la población.
García-Page y todo su gobierno saben de sobra que en los próximos dos años el gobierno de Sánchez no moverá nada sustancial respecto a los dos temas que se reclaman desde la región: trasvase y ATC. El origen del poder de Sánchez lo impide. Emiliano sólo busca ventaja. Fiel alumno de su maestro. Hombre de izquierdas.