Decía hace unos días José Luis Ábalos, secretario de Organización del PSOE y ministro de Fomento, que “en el PSOE el papel de los líderes está subordinado a sus éxitos”. Una regla cruel que todo el mundo aplicó al “éxito” de Susana Díaz en Andalucía pero que es una realidad extendida a todos los partidos. Las urnas son el único antídoto que el político tiene contra el desgaste del adversario y, sobre todo, contra el de los propios compañeros de partido.
A uno le llama la atención la actitud de aquellos políticos capaces de renunciar a su carrera política cuando se encuentran todavía con posibilidades de seguir. Alguien dirá que se han ido un minuto antes de que los echen, pero en eso también está la sabiduría del que sabe renunciar a lo que para muchos se convierte en una verdadera adicción. La política, cuando se ha saboreado el poder, crea adictos y el desenganche es para muchos un verdadero drama.
Por eso, ya digo, uno se descubre ante personas como la actual alcaldesa de Puertollano, Mayte Fernández, que hace unos días anunciaba, tras seis años de mandato, que se volvía a su escuela a retomar su carrera y oficio de maestra, cuando todo el mundo daba por hecho que repetiría al frente de las listas del PSOE si ella hubiera tenido la más mínima voluntad de hacerlo. Otra sorpresa ha sido la de Siro Ramiro, el alcalde socialista de Almadén, en la misma provincia, que también ha renunciado a encabezar la lista. Dos casos raros y de los que apenas se dan, porque además si, como parecE, la decisión la han tomado sin ninguna presión interna, es una verdadera rareza no propia de estos tiempos.
Claro, que alguien dirá que una y otro no tenían claro el futuro al frente de dos ayuntamientos con predecesores envueltos en polémicas o incluso en procesos judiciales y han hecho lo más inteligente porque no es lo mismo que te echen a que tu hagas mutis por el foro con elegancia.
En las próximas semanas, dentro del PSOE regional, se decidirán unas candidaturas en las que se esperan pocas sorpresas. Todo el mundo cumplirá con el guión que toca: los alcaldes que ganaron las anteriores elecciones repetirán y las sorpresas como las dos anteriores serán las mínimas.
En lo que respecta al PP, en la última semana se ha despejado parcialmente el futuro de un ex ilustre regional que en algún momento parecía estar destinado a encabezar las listas al Ayuntamiento y/o la comunidad de Madrid y que no es otro que Adolfo Suárez Illana. Al final, Pablo Casado no ha visto claro el tirón electoral que podía tener y le ha dejado en el núcleo duro del partido, quizá reservado para su vuelta a la política nacional o europea. Quizá se ha acordado Pablo Casado del fracaso de Suárez en Castilla-La Mancha y de aquello que su ilustre padre repetía sin cesar en sus últimos tiempos en política: “Queredme menos y votadme más”.