No ha podido ser. El plan de Albert Rivera, como se ha visto en Castilla y León, Madrid y Baleares era sumar al proyecto de Ciudadanos a políticos significativos quemados por los aparatos del PSOE y el PP. El problema era el grado de achurruscamiento del fichado. A la par se querían evitar viejos resentidos y con el colmillo retorcido. Se buscaba el ligeramente “socarrat” como el buen arroz y con la imagen del joven todavía en edad de merecer y aprovechable. La operación que comenzó con el fichaje de Silvia Clemente, la presidenta de las Cortes de Castilla y León en la cantera del PP, culminó anteayer, en las vísperas electorales, con el bombazo de Ángel Garrido, presidente de la Comunidad de Madrid. Antes había caído en Baleares José Ramón Bauzá. De la plantilla del PSOE, el fichaje más relevante y el que más escoció en Ferraz fue el de Soraya Rodríguez, seguidos del ex-ministro de Zapatero Celestino Corbacho.
Pero en Castilla-La Mancha, todos los esfuerzos de Juan Carlos Girauta han resultado fallidos, y no precisamente, porque el nuevo toledano no haya puesto en el intento toda la carne en el asador. Eso sí, no sería extraño, que tras los resultados del domingo haya una sorpresa para la formación de Núñez y Tirado. Emiliano puede estar tranquilo, aquí en Castilla-La Mancha, desde el primer momento Rivera y Girauta han dejado claro quién es su adversario y no han tocado a nadie de su equipo. A ello también ha ayudado el que buena parte de los descontentos con García-Page han tenido su acomodo en el aparato sanchista.
Rivera y Girauta no han ocultado en ningún momento que aunque renieguen de Pedro Sánchez y su PSOE, en Castilla-La Mancha se sienten muy cómodos con Emiliano García-Page. Apuestan por el centro, les da repelús que les metan en el paquete de la derecha y consideran que Emiliano es el presidente ideal para demostrar su centrismo, lavarse del pecado andaluz y de su rechazo a Sánchez. Cada vez que tienen ocasión arrean a Tirado y a Núñez y se apuntan al discurso de los recortes de Cospedal como si hubieran fichado de asesor a Nacho Hernando. Nada que reprocharles, porque no ocultan sus preferencias y aquí en la región cuando alguien vote a Ciudadanos sabrá con certeza adónde irá su voto.
Pero en esa estrategia les ha faltado la guinda del pastel. En un momento determinado Carlos Velázquez, el alcalde de Seseña y oponente en las primarias a Núñez parecía que estaba en el cesto. No lo han conseguido. En el sondeo del mercado, Girauta ha tenido que aplicar aquel viejo dicho de los solteros eternos: “Lo que viene no conviene, y lo que conviene no viene”.