A mi amigo Manolo se le llevan los demonios cada vez que hablamos de la alcaldesa de Talavera y la llamamos Tita. Uno ya le ha explicado unas cuantas veces que cada uno tiene el derecho a elegir como le llamen y otra cosa es que te llamen algo que tú no quieres que te digan. Manolo dice que, cuando hablamos de Tita García, deberíamos decir al menos Agustina García, si es que el Doña Agustina nos parece demasiado, y, en esas estamos. No hay manera de convencerle de que si Tita García se hace llamar Tita García es porque así lo quiere y así lo dejó muy claro durante la campaña electoral. Los toreros se ponen nombres de guerra, los artistas de arte y los nuevos políticos se bautizan y promueven según lo que dictan las normas del buen populista. Lo de Tita García, al parecer, no responde a esa norma, porque desde siempre sus amigos le han llamado Tita y no es cosa de llevarle la contraria. Claro, que a lo peor ese prurito de caballero decimonónico de Manolo tiene un fondo en el que atisba ese punto que tanto se lleva entre los políticos de la nueva política.
Pues bien, a uno le da la impresión que el “punto Tita” le ha brotado de pronto a la flamante alcaldesa talaverana en la primera decisión de calado que pretende llevar a cabo, que no es otra que la anulación de la compra por parte del Ayuntamiento de Talavera de las islas del Tajo que llenan el curso del río a su paso por la ciudad. Miguel Ángel Sánchez, uno de los dirigentes de la Plataforma de defensa de los ríos Tajo y Alberche (¡Ay, Miguel Ángel, qué error cometiste entrando en política!) se ha pronunciado en contra de la reversión que ahora pretende la alcaldesa, con un artículo en La Tribuna y unas manifestaciones que ha recogido toda la prensa. Ahí están los argumentos a favor de la compra y no seré yo el que los repita porque él lo explica mucho mejor y con un cúmulo de argumentos que a uno le parecen tan incontestables como aquel demoledor artículo de Eduardo Sánchez Butragueño a favor de la instalación de Puy du Fou en Toledo.
Miguel Ángel explica que existen dos planes diferentes para la recuperación del Tajo a su paso por Talavera: uno de la época del alcalde del PSOE José Francisco Rivas y otro de la Confederación Hidrográfica del Tajo bajo mandato municipal del PP. Y, en ambos, la recuperación de la islas y su integración en cualquiera de los dos planes es fundamental. Pide Miguel Ángel que la alcaldesa revise un expediente, al que él mismo como concejal dio el visto bueno y luego sin prejuicios decida. Y es que a uno, a lo que le suena la anulación de la compra, es a lanzada a moro muerto en la persona de Jaime Ramos, a soltar la sospecha de que en la operación quién más resultaba beneficiada era la conocida familia propietaria de una de las islas, y a ese inconfundible sabor a populismo con que una alcaldesa, que con todo derecho se llama Tita, ha querido inaugurar su legislatura.