Raro es el verano en el que en Talavera de la Reina no hay mosquitos. Y mucho más raro que la oposición no eche la culpa de la plaga al Gobierno Municipal. Este año le toca a César Higueruela, portavoz del PP, recordarle a la alcaldesa, Tita García Élez, del PSOE, lo que decía antaño con el fin de que lo aplique hogaño. Es el problema de la política entendida como la obligación ineludible de llevar la contraria al adversario aunque sea porque llueve. Política de mosquitos.
El verano pasado, el otro antes y el anterior, Tita y su equipo en la oposición, dieron caña con la plaga de los mosquitos, hablaron de alarma social y lanzaron una batería de medidas contra el mosquitazo que ahora les recuerdan los del PP desde los bancos de la oposición con la sorna del que ve llegado su momento. Papel de leal oposición mosquitera.
Resulta que el año pasado los insecticidas y productos de fumigación empleados por los peperos eran inadecuados, poco efectivos y poco más o menos que inútiles; las riberas no se habían desbrozado o se habían limpiado tarde mal o nunca, no se había consultado a los técnicos que se debería y no se habían intercambiado las experiencias en control de plagas con municipios con problemas similares que hace tiempo han resuelto el problema… Ahora, al parecer, por “la magnitud desbordante y asombrosa” que constata el portavoz de la oposición ninguna de aquellas fórmulas, si de verdad se aplican, funcionan. El verano pasado había una alarma social con la que tenían que lidiar Jaime Ramos y sus peperos y hoy es una plaga de mosquitos de magnitudes bíblicas que tienen que solucionar Tita y sus sociatas. Nada nuevo en la política de pueblo, regate corto y vuelo gallináceo a que nos hemos acostumbrado y que uno contempla con melancolía y escepticismo. Papel político insecticida.
Está claro que una democracia la función del gobierno es gobernar y la de la oposición es controlar, indagar y poner en cuestión cualquier decisión del gobierno; pero en todo hay una medida, y de lo sublime a lo ridículo sólo hay un paso, y casi siempre de las actuaciones de estos gobiernos y oposiciones de pueblo lo que siente uno es sonrojo.
César Higuerueatendrá ahora toda la razón al decir aquello que decíamos de muchachos cuando nos peleábamos de “él ha empezado antes” y “donde las dan las toman”, y habrá que darle la razón, con uno de esos asentimientos que uno da por cansancio al amigo plasta, aunque sus argumentos no le convenzan demasiado. Pero es lo que hay. No hay más que rascar en Talavera desde hace unos cuantos veranos: plaga de mosquitos y política de mosquitos.