Esta semana se anunciaba el desembarco de los grupos DIA y Zalando en Illescas, con sendos proyectos de centros logísticos que supondrán para el pueblo y la toledana comarca de La Sagra más de mil nuevos puestos de trabajo. El acontecimiento ya casi ha dejado de ser noticia. En Illescas de quince años para acá la noticia sería que una empresa abandonara el municipio. Estoy seguro de que con un alcalde de Podemos o Izquierda Unida a la cabeza del Ayuntamiento, eso no habría sido posible. Tampoco con uno de esos alcaldes de la nueva izquierda del PSOE en los que la ideología rebosa hasta por las orejas, y eso, que, normalmente, la izquierda cuando choca con la terca realidad de los gobiernos municipales normalmente se baja del guindo.
En Illescas desde hace años el alcalde es José Manuel Tofiño, un maestro jubilado, histórico del PSOE, nacido en Cebolla y que desde casi siempre ha puesto por delante de cualquier tipo de ideología que en política lo que vale es el progreso y el bienestar de los ciudadanos. Illescas es hoy lo que es gracias fundamentalmente a la iniciativa privada y a unos gobiernos municipales que han tenido muy claro que quien de verdad crea puestos de trabajo es el empresario que se juega su dinero e invierte en aquellos lugares donde se dan las condiciones para que su proyecto salga adelante. Las administraciones están para no estorbar y para facilitar los medios. Cuantas menos interferencias y burocracias mejor. Eso, dirá alguien, es una de las partes esenciales de la doctrina liberal, muy alejada del estatalismo y el dirigismo de la izquierda de siempre. Claro que sí, pero también, como se ha demostrado y se sigue demostrando cada día, el mejor camino para el progreso y la prosperidad.
Y es que hoy, desgraciadamente, en la izquierda se vive un retroceso -alguien dirá que forzado por las circunstancias y la dependencia que la aritmética parlamentaria marca-, en cuanto a la imposición de la ideología por encima de lo que la práctica, la experiencia, la ciencia y el sentido común ha demostrado.
Es verdad que el sentido común de Tofiñoes el sentido común de García-Page y la línea imperante. Nada que ver con la demonización del empresariado y del capital (palabra tabú) que el populismo neocomunista ha resucitado como si no hubieran existido nunca una URSS y una Europa comunista para demostrar el fracaso.
Ayer, en este mismo papel digital, se explicaba la “culpa” que la iniciativa y el capital privado tenían en el éxito de dos grandes infraestructuras de nuestra región: la autovía de Los viñedos y el Hospital Universitario de Toledo que en estos días se pone en marcha, dos grandes obras que hubieran sido imposibles de llevar a cabo con los supuestos ideológicos de siempre.
Claro que hoy en el PSOE de Sánchez se arrincona y se mira con condescendencia a los viejos y lo de Tofiño y Page no es ni mucho menos un ejemplo.