El Grupo Parlamentario del PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha ha propuesto la congelación de los sueldos de los altos cargos del Gobierno Regional y de los 33 parlamentarios regionales pertenecientes a los tres grupos que forman la Cámara autonómica: PSOE, PP y Ciudadanos. También han propuesto la reducción de un veinte por ciento de la asignación a los diferentes grupos y a uno en principio, la propuesta no le parece mal. Vivimos tiempos de crisis y lo suyo es que los dirigentes den ejemplo.
Uno siempre ha creído que los políticos deben estar bien pagados. Tienen un trabajo de responsabilidad máxima y si estuvieran mal pagados sería la excusa perfecta para las corruptelas y para que a la política sólo pudieran dedicarse aquellos con un patrimonio detrás. Otra cosa es que en España sobren políticos, sobren duplicidades en las instituciones y sobren puestos e inventos para hacer pastar a la clientela. Además de que sobran políticos, lo peor es que detrás de cada político inevitablemente surgen los pesebres como por ensalmo. No hace falta más que mirar el organigrama del Gobierno de España y sus ministerios para darse cuenta de la tela de araña que invade la Administración Pública. Lo de los asesores y puestos de confianza no tiene nombre, pues además de utilizar a la Administración Pública en beneficio propio se duplican y triplican puestos de trabajo que corresponderían a funcionarios de carrera que seguro que los ejercerían con mucha mayor profesionalidad y eficiencia que la tropa invasora.
Cuando los que se denominaban nuevos partidos de la nueva política surgieron con el afán de renovación, regeneración o revolución, era general la propuesta de reducir los sueldos, incluso, como proponían los podemitas, hasta el límite de tres veces el salario mínimo. La gente aplaudía. Había que acabar con la casta y sus privilegios. Que miren ahora y comprueben cómo se cumple una promesa que hasta para el más ingenuo apestaba a demagogia barata. Nunca antes desde el Gobierno central se produjo una multiplicación de la burocracia en tal grado y ninguno de ellos, que se sepa, ha pedido que se le aplique aquel baremo podemita del triple del salario mínimo, los privilegios de la casta y el bla, bla, bla para ingenuos y varones castos y vírgenes puras.
Y lo mismo ha ocurrido con los que querían acabar con la duplicidad patente de las Diputaciones Provinciales en el Estado de las Autonomías. Esos debates han desaparecido de la agenda política y de las televisiones que vendieron la moto averiada.
Ahora proponen congelarse los sueldos y los otros replican que es una venganza general por haber osado pedir que el Gobierno diera ejemplo y se lo bajara… Demagogia fácil y barata de doble dirección. Pero en fin, algo es algo aunque no sea la solución.