Por mucho que en algunos medios se pretendan trasladar las réplicas del terremoto murciano a Castilla-La Mancha, no parece, ni mucho menos que algo relevante vaya a suceder. Lo de Ciudadanos en la región será una eutanasia controlada, o si ustedes prefieren una agonía con paliativos. De la coordinadora para abajo, nadie tiene ni el poder ni la importancia, aunque sea simbólica en el partido, para producir daños.
Como se ha visto desde el principio, la brillante operación murciana, abortada, lo reconozcan o no, por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, era cosa de Arrimadas, Sánchez, Ábalos y unos pocos más notables de uno y de otro partido. La coordinadora regional Carmen Picazo de Ciudadanos ha pintado en la operación lo que la Juana en los títeres. Se le ha venido encima la situación como al noventa por ciento del partido, y ahí están las dimisiones de gente de la Ejecutiva y con cargos de diputados para demostrarlo. Lo de los juegos de tronos y las series de Netflix, no es algo en exclusiva de los populistas de izquierda, ni de Pablo Iglesias. Doña Inés Arrimadas, aparte de una frivolidad que ya demostró con su abandono de Cataluña cuando había ganado las elecciones, ha acreditado con lo de Murcia que tiene un gran porvenir como guionista de ficción. Eso sí, en política, me temo que lo tiene todo dicho.
Pero a pesar de que la coordinadora regional de Cs no se enterara de los despeñaderos por dónde andaba y las amistades peligrosas que frecuentaba la lideresa Arrimadas, hay que agradecer a Carmen Picazo que no se sumara a la subasta. No peligran ni el Ayuntamiento de Albacete que “heredará” en junio el socialista Emilio Saez, del ciudadano Vicente Casañ, ni el de Ciudad Real que traspasará la socialista Pilar Zamora a la ciudadana Eva Mesías en las mismas fechas. Aquí se cumplirán los pactos, y es algo que, ante la imagen paupérrima que los Ábalos, Sánchez, Arrimadas y Cía nos han dejado en estos días, es de agradecer. Se perderá el partido en las próximas elecciones, como aquellas lágrimas en la lluvia del replicante de Blade Runner, pero al menos no se perderá completamente la dignidad, por no decir la vergüenza.
Albacete y Ciudad Real, podrían ser las únicas réplicas de importancia. Lo demás apenas cuenta, aparte de la decepción personal de cientos y miles de afiliados de a pie que alguna vez creyeron que Cs era algo nuevo y diferente. También a la hora de decir adiós hay maneras. Lo peor es cuando no es posible irte como tú quieres. Suicidio, eutanasia, paliativos… no es precisamente un paisaje alentador.