El director de este papel digital, Eusebio Cedena, ha contado las últimas cinco puyas que Emiliano García-Page ha dedicado al sanchismo en la celebración de la Constitución en las Cortes Regionales y yo no las voy a repetir. La operación de desmarque de todo lo que huela a Pedro Sánchez es una constante que se repite desde hace meses y que se intensificará según se acerque la primavera y las elecciones regionales y municipales. Nadie sabe si será suficiente y Emiliano alcanzará su objetivo principal, que no es otro que conseguir que una buena parte del electorado, el que no tiene afiliación y vota con la razón más que con el corazón, se olvide de Sánchez y de las siglas PSOE y vote a Emiliano. En ello está Emiliano y está todo el que pinta algo en el socialismo de Castilla-La Mancha, como se ha visto con la iniciativa de Pablo Bellido el presidente de las Cortes Regionales que busca un pacto, de difícil aceptación con el PP, para sacar del convento de los Gilitos cualquier iniciativa que huela a política nacional.
Está también cada día más claro que Paco Núñez intentará que esa estrategia no cale y ese elector, capaz de salirse del carril de la costumbre, recuerde que Pedro Sánchez es el líder de Page y Page un fiel y leal compañero de las grandes líneas políticas de su secretario general. En esas estamos.
Uno, quizás ingenuamente, tiende a pensar que cuarenta y cuatro años de Constitución y democracia han dado de sí suficiente para que una buena parte de su población tenga una educación democrática que le permite votar en cada elección distinguiendo el ámbito en el que lo hace y el peso de la persona y el partido al que pertenece. Algo que se ve muy claro cuando el censo electoral se reduce en las lecciones de los municipios más pequeños y el principal factor que inclina y orienta el voto es la persona antes que el partido. En ese caso, tengo para mí que Emiliano García-Page sería imbatible y Paco Núñez y el PP tendrían que esperar a mejor ocasión para recuperar lo que solo durante cuatro años tuvieron.
Uno piensa también en el error garrafal que cometieron desde el PP cuando se prestaron, sin apenas discusión, a derogar la norma que limitaba el número de mandatos seguidos de un presidente en Castilla-La Mancha a dos, como si pensaran que un caso como el de Bono se volvería a dar. No contaban con un Emiliano que en muchos aspectos ha superado con creces al maestro y en esas estamos. Si hay alguien que puede romper la tendencia clara de deterioro del socialismo en todos los territorios y ciudades de España que detectan sondeos y encuestas, ese es Emiliano.