Una entrevista de Alberto Morlanes en este mismo papel digital con la alcaldesa de Talavera le lleva a uno a pensar en el abismo que separa, económicamente hablando, a Tita García o a García-Page con los que desde su nacimiento han sido considerados por su partido, que no es otro que el PSOE, como los aliados naturales. Afortunadamente para la región y para Talavera, el partido de Tita y el de Page, que no es otro que el mismo PSOE siempre dispuesto a adaptarse a los tiempos como la Iglesia Católica, no ha necesitado en estos últimos cuatro años el apoyo del que sin embargo Sánchez se ha servido, por ese principio tan maquiavélico y leninista de que lo que importa es ante todo mantener el poder.
La demagogia populista, que impregna a Podemos desde el mismo momento de su fundación como partido, solo puede engañar hoy a quien se niega a ver la realidad. Desgraciadamente, la necesidad de poder de Sánchez encontró su pareja perfecta en ese Frankestein cuyo copyright pertenece a un tal Alfredo Pérez Rubalcaba, alguien, a quien se hacen homenajes en el que fuera su partido, por la mala conciencia del abandono del sentido de la lealtad y del sentido común, más que por sus ideas. No existe el sanchismo, dicen los que defienden a Pedro Sánchez, solo adaptación a las circunstancias.
Uno no se imagina a Tita y Emiliano en las primeras reuniones con los directivos de Meta diciéndoles que cuando estén en Talavera estarán sometidos a impuestos especiales, como la gran empresa que son, ya que ante todo son explotadores de los miles de trabajadores a los que dan empleo. Tampoco explicándoles que los aliados de su partido a nivel nacional tienen señalados como máximos representantes de esa especie a Juan Roig y a Amancio Ortega.
Tita y Emiliano, como millones de votantes socialistas, saben que en la Europa de hoy, lo de la nacionalización de la banca, de las eléctricas y de las empresas que tengan más de cien trabajadores, solo se le ocurriría a alguien que se haya olvidado del siglo XX y pretenda negar que una vez en Europa hubo algo que se llamó la Unión de Repúblicas Soviéticas y un telón de acero. Sabe esa mayoría también que, por mucho que Tita y Page se empeñen en hacer cada día más numerosa la nómina de la Junta o de los Ayuntamientos, al final la riqueza y los puestos de trabajo que se generan sin trampa y sin hundir el invento, procede de la iniciativa privada, desde empresarios que se dan trabajo a sí mismos y a su familia a los que son capaces de crear miles de puestos de trabajo como Ortega o Roig.
Por eso, hay que decir lo que Tita García reivindica implícitamente para su mandato en la entrevista del amigo Morlanes: que lo que debe hacer una administración es crear las condiciones óptimas para que los emprendedores y los creadores de riqueza prosperen, y eso es algo que nunca deberían olvidar un alto porcentaje de los militantes de su partido, que desgraciadamente, se han podemizado sin remedio.