En realidad debería haber titulado una alternativa energética para el mundo rural porque el proyecto de generación y uso de energías renovables que ayer conocí, aunque no exclusivo ni excluyente para la vida de los pueblos, puede ser aplicado a cualquier comunidad. El caso es que uno vive en Navamorcuende, y muy bien, y aquí en plena Sierra de San Vicente es donde lo he conocido de primera mano. De ahí el titular.
Por lo que nos contaron los representantes de la empresa promotora, Más Inteligencia, se trata de constituir comunidades locales de energías renovables con el objetivo de generar y usar la energía renovable producida en los mismos pueblos. En la región el último ejemplo de una de estas experiencias se ha desarrollado, y los medios regionales se ha hecho eco de la noticia, en Ballesteros de Calatrava en Ciudad Real donde ya se ha cumplido la primera fase y el proyecto va hacia adelante, como en otros lugares de la región y de España.
Toda la música del proyecto suena muy bien. A través de la instalación de paneles solares, baterías, minicentrales hidroeléctricas colocadas en las conducciones del agua del pueblo, o minigeneradores eólicos, los vecinos interesados constituidos como asociación de usuarios -que no cooperativa- y con la gestión de la empresa, generarán la energía que consuman. Y el excedente, si los hay, se trasladará a la red eléctrica y revertirá en beneficios para la amortización de las instalaciones que se calculan en diez años. Una plataforma de gestión digital de las diversas comunidades es la encargada de la interacción con la red eléctrica nacional y su mercado.
La empresa promotora actúa como comercializadora y gestiona y mantiene las instalaciones. Los paneles solares se colocan, siempre que es posible, en las propiedades de aquellos usuarios que cumplen las condiciones técnicas y están dispuestos a instalarlos y obtienen un beneficio por ello. También, como es el caso de Ballesteros de Calatrava, se pueden colocar en terrenos municipales. Los promotores aseguran unos ahorros muy significativos en la factura de los asociados.
Una de las grandes ventajas es que los asociados no tienen que poner un solo euro en todo el proceso porque la financiación del proyecto corre a cargo de la empresa promotora y cuando a los diez años las instalaciones están amortizadas se constituye una sociedad limitada en la que la asociación de usuarios mantiene un cincuenta y uno por ciento de la propiedad y la empresa un cuarenta y nueve.
Así es, a grandes rasgos el proyecto que el martes nos explicaron en Navamorcuende y que con la participación del Ayuntamiento, que sería por ahora el mayor usuario, se ha puesto en marcha.
Ya digo, que en principio en el proyecto todo suena con buena música y parece que puede salir adelante. Muchos son los detalles que habrá que ir viendo según avanza, pero en el mundo rural son tan pocas las expectativas, que a pesar de los discursos esos ya tan manidos de la promoción de la España vaciada de los que todo el mundo habla, cuando aparece un rayo de esperanza, como es el caso, uno no tiene otra que celebrarlo. Tendremos ocasión de volver a hablar de ello.