El viernes próximo, el presidente del Gobierno y secretario general del Psoe, Pedro Sánchez, estará en Toledo en un acto de apoyo a la alcaldesa Milagros Tolón. Emiliano García-Page, presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha y secretario general del PSOE-CLM, ese mismo día estará en Bruselas. Coincidencia de agendas dicen, aunque en verdad cualquier sabe a estas alturas que es simplemente otra manera de llamar a la incompatibilidad entre dos políticos que no parecen del mismo partido. A Page no le importa e incluso fomenta la diferencia. Pedro Sánchez parece contemplarlo con paciencia franciscana, aunque no se resigna a meter la cuchara en un territorio cuyos dirigentes se toman su presencia como una patada a la estrategia electoral que desde hace años mantiene Emiliano García-Page.
Si hay una dirigente del partido de Sánchez y de Page que se ha distinguido por la defensa de la estrategia y los principios de Pedro Sánchez en la región, esa es Milagros Tolón. La alcaldesa de Toledo nunca ha ocultado su fidelidad a su secretario general y cada vez que ha podido ha aparecido a su lado. Si hay algún lugar en el que Pedro Sánchez se puede sentir cómodo y arropado ese es Toledo. El viernes estará, pero no acompañado de Page. Si alguien tenía alguna duda sobre la estrategia básica de campaña, ahí tiene la primera muestra. Lo del viernes no es noticia, la noticia se dará el día en que aparezcan juntos en un escenario, si es que esa rara conjunción llega antes del veintiocho de mayo.
Y en esa línea estratégica de despegarse de una marca política considerada tóxica por muchos ciudadanos que contemplan las alianzas de Sánchez como algo insalvable para otorgar su voto al partido que las representa, Emiliano no deja de dar pasos en la dirección contraria, como es el caso de los ofrecimientos que en estos días llegan a buena parte de lo que fue la cúpula de Ciudadanos en la región. Es verdad que son ofertas, si no directamente para ir en las listas de las próximas elecciones, si para contar con ellos en el reparto del día después.
A nadie le extraña que Emiliano lance las redes sobre los restos de Ciudadanos, porque no es ni más o menos que la misma estrategia de Núñez Feijóo en su intento de ocupación una posición de centralidad que puede inclinar las cosas hacia un lado u otro.
Como tantas veces ha ocurrido en la región, primero con Bono, luego con Page, los dirigentes del PP regional no han sabido, o quizás no han querido por aquello de lo duro que resulta hacer hueco al advenedizo, sacar provecho de la situación y Page no lo ha dudado.