Vaya hombre. Para una vez que parece que dos administraciones de distinto signo político parecen abrir un camino para ponerse de acuerdo en un asunto que preocupa a los ciudadanos y puede resultar un paso adelante para una ciudad que lleva mucho tiempo con la reivindicación, viene una asociación, supuestamente ajena a la política, y les echa en cara el pasteleo.
Ha pasado en Talavera de la Reina, tras la reunión mantenida entre el consejero de Fomento, Nacho Hernando, y el alcalde de la ciudad, José Julián Gregorio, para tratar la llegada de la alta velocidad y las distintas mejoras de las infraestructuras, cuando el alcalde ha dicho simplemente que "no hay que cerrar ninguna puerta a que el AVE llegue lo antes posible" y la asociación Nosotros Talavera ha puesto el grito en el cielo, con acusaciones de rendición y exigencias de dimisión inmediata del alcalde…
¿Pero no habíamos quedado, sobre todo los que se dicen ajenos a la política, que hay que evitar la polarización y el enfrentamiento, y que todas las administraciones tienen la obligación de dialogar y buscar soluciones? ¿Qué ha hecho y dicho de malo José Julián Gregorio para que se le acuse de traidor y de cambiar de opinión al estilo de Pedro Sánchez cuando se ha limitado a expresar simplemente que está dispuesto al diálogo para desatascar el asunto del AVE? ¿Decir algo así se ha convertido en los tiempos que corren en España en algún delito? No lo entiendo. Y menos que sea un movimiento que dice estar al servicio de la ciudadanía y por encima de los intereses políticos el que contesta así al primer intento de desbloqueo de un problema en el que las partes manifiestan su apertura de miras y su disposición al diálogo.
No me imagino el chaparrón que le hubiera caído encima al alcalde si se le hubiese ocurrido haber dado la más mínima opinión sobre el asunto. El bueno de José Julián ha querido hacer una de esas declaraciones, tipo todos somos buenos, benéficos y dialogantes, y le ha caído la mundial. Un ejemplo de cómo andan los tiempos. Así no hay manera.