Doce años después
Desde hace unos años el ritual se repite: los creadores y colaboradores del diario EL DIGITAL CLM se reúnen por las mismas fechas para celebrar ¿qué? Qué están vivos. En 2018 se cumplen doce años de actividad. Doce años en un medio de comunicación es lo más parecido a un viaje a una galaxia más allá de la Vía Láctea. Doce años en un periódico digital es como una Odisea en un mar repleto de sorpresas imprevisibles. En los comienzos fue una aventura a ciegas, en el presente una dificultad permanente a superar todos los días. Fue de los primeros en adentrarse en las técnicas digitales. Después, como algo natural, llegaron otros, pero ya había camino.
Cumplir doce años no ha resultado fácil. En realidad, para la información, la comunicación y para los periodistas nunca nada es fácil. Los días, los meses y los años son pruebas inmediatas que hay que superar diariamente, mejor o peor. Siempre existirán reyes que quieran matar al mensajero, sin importar los esfuerzos extenuantes que nadie valora. Siempre habrá “delegados” de los reyes dispuestos a arrasar, cuando consideran que el trato dado a su señor no es el adecuado. Como sabrán por experiencia u observación, quienes disponen de poder no se equivocan nunca, al menos para sus lacayos, cosa distinta es para los demás. ¿No se han fijado que los que están en el poder parecen más listos que cuando no están? Así que un diario, sea digital o, el más tradicional, en papel, es habitualmente un objetivo a domeñar o abatir. Nadie por encima del que manda. Abatir y domeñar son términos que se emplean cuando se relaciona con fieras o con un enemigo al que hay que temer.
Estos doce años de EL DIGITAL CLM se celebran cuando en los cines se exhibe la película The Post, sobre los papeles del Pentágono, que ocultaban los errores intencionados de los poderosos. Un canto lírico a la profesión del periodista, un discurso contra quienes quieren eliminar conciencias criticas y un recordatorio en nuestros días para no olvidar que la libertad se fundamenta en la transmisión de la verdad y no en sucedáneos o en la propia mentira. Los medios de comunicación insumisos nunca han molado. Bueno, dicho más crudamente, son un peligro que hay que eliminar, un estorbo a anular con los recursos que sean.
La película de Spielberg puede parecer un panfleto contra Trump. Se equivocará quién se quede en eso. Es un alegato por la independencia de los medios de comunicación, cuando los peligros son más sutiles. Es también un alegato a favor de la libertad de crítica en medio de unas sociedades que se convierten en maniqueas, cada vez más sectarias, menos informadas. Trata de recordar el rumbo al que deben poner proa los medios de comunicación para que accionistas y profesionales no cedan a la tentación del autoengaño por aquello de que, al fin y al cabo, hay que adaptarse a los tiempos que corren. Doce años de periodismo digital, mejor de periodismo, en territorios aún hostiles a la información y a la lectura es un acontecimiento para celebrar. ¡Felicitaciones para sus artífices y protagonistas!