Esto va de cómo, al parecer, la derecha (en España el PP) es propensa a tener complejos, sobre todo cuando pierde el poder. El PP ha sido un partido de derechas acomplejado durante los últimos meses. Cuando varios de sus militantes han sido condenados por corrupción, el mismo partido ha sido beneficiario de esa corrupción, algunos ministros están en la cárcel y diversos dirigentes han tenido que abandonar la actividad política por casos extraordinarios. Los complejos desfiguran la identidad de quienes los padecen. Para superar los complejos la derecha ha sido asistida para un equipo de siquiatras y sicólogos de prestigio, entre ellos el famoso doctor Aznar, o el sabio Jiménez Losantos, pionero en el descubrimiento de los complejos de la derecha.
El remedio de urgencia aplicado ha consistido en disponer de un líder que represente a la derecha, derecha. No como el Rajoy ese. A continuación hay que elegir jóvenes en la misma línea, aunque los jóvenes suelan ser los que más complejos tienen. Se convoca, ufff, ufff... ¿Cómo llamarla? ¿Una Asamblea, una Convención, una Refundación? Bueno, lo dejamos en una reunión y se cuenta a los ciudadanos que es para “Rearmarse”. Lo de menos es el matiz belicoso de la expresión. Así el PP va a perder los complejos. El famoso doctor Aznar ha pronunciado una frase que hará avanzar más a los “sapiens” en los próximos años que en los últimos siglos: “Ni tutela ni tutía”. Es uno de esos escasos hallazgos que tuercen el rumbo de la Historia. Ahora ya, seguros de que el futuro está en sus manos, presentan en Madrid dos candidatos jóvenes, libres de tan terrible mal. Se pacta en Andalucía con una escisión de extrema derecha, un partido que, descubrimos, ha sido financiado por una fracción islamista-marxista de Irán. ¿Un partido islamista y marxista financia a Vox? Sí, sí, aunque suene increíble. En política lo que parece y se dice no siempre es lo que es. En Andalucía el PP pacta un gobierno con Vox y el nuevo líder lo explica gráficamente: si el PP pacta con Ciudadanos (extremistas de derechas) y con la extrema derecha (VOX), el PP se sitúa en el centro. Es la derecha sin complejos. Tres derechas y un solo objetivo, recuperar el poder. Que se entere Europa, que andan con cinturones, muros y fronteras a los partidos de ultra derecha. Nosotros juntamos a las tres derechas y conseguimos gobernar Andalucía. Un modelo para el país y para Europa.
Solo que el modelo no es original. Lo inventó Fraga Iribarne. La derecha es que es poco imaginativa, excepto en las finanzas propias. En los primeros tiempos de la Transición – un proceso complicado que demandó mucha maniobra política -, Suárez se proclamó dueño del centro. Se crearon entonces dos partidos en la derecha: Alianza Popular, cuyo representante era Fraga, y un partido de extrema derecha, acaudillado por el toledano Blas Piñar. Fraga maniobró para que los sectores cercanos a Blas Piñar se integraran en un nuevo proyecto que se denominaría Partido Popular. También se incorporarían los restos de la derecha de UCD, previamente dinamitada. La derecha quedaba unida. Aún así, la derecha no conseguía llegar al poder, que es su ámbito ecológico natural. Había estado en el poder durante cuarenta años y ahora llevaban algunos años malos. Se buscó un joven sin complejos, llamado Aznar. Y efectivamente, resultó. Aznar, con las derechas integradas, recuperó el poder perdido. La derecha sin complejos es la de toda la vida. Anterior a la dictadura, omnipresente en ella y activa y beligerante en la etapa democrática. ¿Y eso de los complejos? Estricto marketing: que parezca que se cambia para que todo siga igual.