Hace 50 años, un día como ayer, 11 de septiembre de 1973, unos tanques atacaban el Palacio de la Moneda, en Chile. A las 11,52 varios aviones descargaban sobre el mismo Palacio sus bombas destructivas. A las 14,30 un grupo de soldados derribaba, al asalto, las puertas del Palacio. Se habían cumplido las órdenes para acabar con el gobierno democrático y legal de Salvador Allende. Seguiría una ola de represión y persecuciones que juntaría en pocos días más de 5000 detenidos en el estadio de fútbol de la capital chilena. Un agujero negro en el que desaparecerían militantes y simpatizantes de izquierdas, sindicalistas, periodistas, funcionarios dudosos, actores, cantantes y cualquiera que resultara sospechoso. Y en una dictadura, como todas feroz, todos son sospechosos. El golpe militar se produjo en una sociedad polarizada en la que cada bando quería eliminar al contrario. Nada de diálogos. Para eso nada más útil que una dictadura militar. El cine ha tratado estos acontecimientos. Les recomiendo la película comercial "Missing", en la que un ciudadano de clase media norteamericano, orgulloso de su nación, busca a su hijo desaparecido. Poco a poco, un atribulado Jack Lemon se va adentrando en la trama sin sentido de la desaparición de su hijo. La poderosa nación, que según él defendía el orden y los derechos humanos, ha provocado el golpe militar y ha sido la causante del horror que ha asesinado a su hijo.
El 16 de septiembre de ese mismo año, cuatro días después del golpe, el cantante Víctor Jara, detenido en estadio de fútbol, aparecía muerto con más de 50 roturas y 44 balazos. El día 28 de agosto de este año 2023, hace menos de un mes, pero 50 años más tarde, la Corte Suprema de Chile condenaba a 7 exmilitares por el asesinato del cantautor. Los siete han superado los 70 años. Todos hicieron carrera militar, todos han vivido impunemente durante 50 años y queda pendiente averiguar cómo se puede concentrar un odio tan voraz para hacer lo que ellos hicieron con el cuerpo de Víctor Jara y otros como él.
Sabemos por los documentos norteamericanos desclasificados que el presidente de los Estados Unidos comentó "sí hay manera de derribar a Allende, lo mejor es hacerlo". Las explotaciones mineras de Estado Unidos en Chile estaban en juego. El miedo al contagio de un gobierno de izquierdas, elegido democráticamente, podía extenderse a otros países. El Sr. Kissinger cumplió las órdenes del presidente Nixon. Comenzaban años de terror y represión en un país de abundantes riquezas. Aquellos acontecimientos aún no han sido superados. Chile no ha conseguido hacer una transición tranquila de una dictadura a una democracia. En la actualidad es un país en crisis.
Últimos días de agosto del año 2023, en Tembleque, Toledo, se han exhumado de una fosa común los cuerpos de 17 víctimas, asesinadas en el año 1939. De los 17 cuerpos, 14 han sido identificados. Como en Chile, lo que siguió al golpe militar de 1936 en España fue una cruel represión y el fusilamiento en cunetas, carreteras, paredes de cementerio y enterramientos en fosas comunes. El olvido de estos acontecimientos, allí donde hayan sucedido, no facilita el normal funcionamiento de la democracia. Tampoco ayuda a fraguar una convivencia tolerante ni a la resolución de conflictos de convivencia mediante el diálogo. En España en estos momentos se debate, lleno de barro y ruidos, sobre la resolución de un conflicto territorial en Cataluña. Nadie aporta soluciones, todo se orienta hacia una mayor polarización de la sociedad. Elijamos, sin embargo, recordar las palabras de Salvador Allende: "Sigan ustedes sabiendo que, más pronto que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre para construir una sociedad mejor".