Las fotografías no son imágenes congeladas en un punto determinado del tiempo, sino impresiones que cuentan historias. Algunas que conocemos, otras que podremos conocer y muchas de las que nunca sabremos nada. Las fotografías narran las cosas que tuvieron que ocurrir para que la fotografía fuera posible. Y también las cosas que no sucedieron para que también fuera posible. La fotografía a la que aludo, en la que el rey Felipe VI es saludado por el presidente de la Generalitat y el alcalde de la ciudad de Barcelona, fue publicada por El Español y otros tantos periódicos digitales. Pero, en lo que respecta al papel, que yo haya visto, solo tres periódicos la publicaron en su portada el 30 de agosto, realzando su importancia: El País, La Vanguardia y El Periódico. El resto, todos identificados con la monarquía y la derecha, han recogido en sus portadas la anécdota de la princesa Leonor, entrando en la Escuela Naval de Marín. ¿Por qué se ignora la presencia del rey en Barcelona y el saludo amable de sus principales autoridades políticas? La respuesta es fácil. La fotografía es el resultado de una estrategia política que alguien ha desarrollado para que la mencionada fotografía sea posible. El artífice de esa estrategia ha sido el presidente Sr. Sánchez. Sí con el Gobierno de Zapatero se consiguió el final de ETA, con la estrategia de Sánchez la normalidad vuelve a Cataluña. Se podría afirmar que el PSOE es el único partido que puede articular España.

La fotografía cuenta la historia de un proceso tenso de normalización política de Cataluña. Algo que no interesa a la derecha y a sus portavoces, porque es admitir que Barcelona se integra a la actividad institucional general y a ellos les viene mejor que exista un territorio de la península, convertido en adversario de conveniencia. Sí Cataluña se comporta así se anula el discurso sobre el que se asienta una parte de la estrategia de la derecha para desgastar al gobierno. Si Barcelona actúa como lo pueda hacer Cuenca, el discurso se derrumba. Y les pilla a contrapelo en el momento en el que se anuncia que, tras las vacaciones de verano, comenzará la siguiente batalla contra Cataluña.

Ellos saben, y nosotros sabemos, que reformar las finanzas de las Comunidades Autónomas es una tarea urgente. Han transcurrido muchos años sin que esas finanzas se hayan corregido, salvo con aportaciones puntuales del Estado. Y no es de eso de lo que se tiene que tratar. De hecho preventivamente se ha impuesto a los presidentes de los territorios gobernados por ellos, la firma de un documento genérico contra el gobierno del Sr. Sánchez por la financiación de Cataluña. Saben ellos, y sabemos nosotros, que en asuntos de presupuestos los intereses territoriales son distintos y hasta encontrados, con independencia del color de quien gobierne. Una visión dividida del PP restaría eficacia a la batalla que se prepara, como continuación de la que se ha librado contra la amnistía. Amnistía y financiación de las Comunidades Autónomas van a ser los dos ejes de la oposición al gobierno de esta legislatura, ya que otros aspectos, como la marcha de la economía, los beneficios de las empresas, el control de la inflación, el incremento del empleo, la abundancia del turismo, la política exterior de España, van en la buena dirección. Se les estrechan los márgenes de oposición. Bueno, les queda la emigración y el caso Begoña Gómez, que un juez agita para que el PP propine leña al mono hasta que pueda.