CULTURA, VALORES Y BANDERAS - Grupo Areópago (5 de diciembre de 2018)
Los valores son aquellas realidades que consideramos bienes. En nuestra vida, continuamente estamos poniendo en juego nuestra escala de valores, con la que decidimos qué bienes son preferibles a otros cuando tomamos cualquier decisión. Una vida sin valores es la que solo se mueve por el deseo (lo que me apetece) sin tener en cuenta el bien (lo que es bueno). Una vida con valores es la que desea lo bueno.
Todos tenemos nuestra escala de valores personales y también otra escala de valores compartidos con nuestra comunidad, que son los que caracterizan una sociedad y una cultura. El problema de una sociedad tan fragmentada como la nuestra es que los valores compartidos son cada vez menos y eso dificulta mucho la vida social: nos cuesta mucho tomar decisiones juntos porque no compartimos una escala de valores.
La cultura es la suma de los valores compartidos y de los signos que la representan. El arte, por ejemplo, es una especie de cristalización simbólica de los deseos. Si están orientados al bien, pueden convertirse en símbolos culturales, en signos de lo que vale la pena. Lo mismo ocurre con las costumbres y con las instituciones.
Una sociedad multicultural no es la que ha renunciado a su cultura, sino la que respeta las otras culturas. Porque sin cultura no hay sociedad. Si destruimos la cultura, destruimos la sociedad.
Nuestras instituciones, como garantes de la organización social y de la memoria compartida (la historia), forman parte fundamental de nuestra cultura. Sus símbolos son signos que nos muestran el esfuerzo compartido y también el proyecto común de futuro.
Recurrentemente, viene siendo noticia el desprecio a signos instituciones: la bandera nacional, la figura del jefe del estado…
El desprecio a los signos significa el desprecio a lo que significan: lo que compartimos.
Destruir el valor de los signos nos encamina a destruir los valores, la cultura y a disolver la sociedad que nos protege y nos ayuda a ser personas.