Han pasado unos meses desde que entrara en vigor el 1 de julio de 2018 el Real Decreto sobre la reducción del consumo de bolsas de plástico; desde esta fecha en España ya no nos regalan las bolsas de plástico en los comercios. En la mayoría de los comercios ya se nos indica el coste de la bolsa por tamaños. Si queremos una bolsa, pagamos la bolsa. Está bastante claro.
Tres años antes la Unión Europea aprobó una directiva sobre la reducción de bolsas de plástico ligeras, Directiva 2015/720, en la que obliga a los estados miembros a adoptar medidas que reduzcan el consumo de este material, pero en España no se incorpora al ordenamiento jurídico hasta el 2018, con la entrada en vigor del RD 239/2018.
Esta medida no ha dejado a nadie indiferente, ni ha estado exenta de polémica. Hay quiénes se preguntan la razón del cobro de la bolsa si ya llevan publicidad del comercio y ya estás haciendo el favor al comerciante. Ya en mayor o en menor medida nos hemos acostumbrado a llevar la bolsa desde casa o a pagar por estas, si necesitamos transportar nuestra compra. Los consumidores de bolsas de plástico sabemos que la vida útil de estas bolsas es muy corta y la posibilidad de reutilizarlas es muy baja, pero también conocemos que niveles de consumo han ido aumentando año tras año agravando la contaminación del medio ambiente. ¡Y este es un gran problema, nuestra contribución al deterioro del medio ambiente!
Este problema podemos trasladarlo a otros materiales de plástico, como es el menaje (cubiertos, vasos, copas, platos…) que tienen un solo uso y que también perjudican el medio ambiente. Por este la Unión Europea sigue tomando medidas para reducir los daños ambientales, y en mayo de 2018 presentó un paquete de medidas para disminuir la producción de plásticos y los niveles de contaminación en mares y océanos.
La protección del medio ambiente sigue cobrando protagonismo –y más que merecido- siendo una prioridad en las políticas de los organismos internacionales. Medidas como el pago de bolsas de plástico, que si se hace bien pueden ayudar también a personas, con bolsas solidarias como ha ocurrido con una empresa de Talavera, donde pagando la bolsa de plástico se hace un donativo a Cáritas; los ciudadanos asumen los costes, ayuda y toman conciencia de que con pequeños gestos ayudamos a cuidar el medio ambiente.
Es nuestra obligación, por el bien de todos, por nuestro futuro y el de las generaciones venideras, respetar nuestra casa común; valorar los recursos naturales que tenemos, haciendo un esfuerzo por mejorar la calidad de vida de nuestro planeta. El compromiso con el medio ambiente no es sólo político sino de todos y cada uno de los ciudadanos porque vivimos en él.