LA VERDAD DIFUNDIDA Y LA CAPACIDAD CRÍTICA - Martín Martínez (11 de agosto de 2019)
Los medios de comunicación no provocan las divisiones ni las guerras. El origen de muchas confrontaciones entre personas y entre grupos está en el impulso de los decepcionados. Los medios no las provocan, ¡claro que no! Pero cuando la división crece algunos toman partido; es decir, se ponen al servicio de una de las partes. De los decepcionados o de los dominantes. No generan la división; sin embargo, la alimenten.
El papel de los medios es importante. Los públicos deben ser imparciales. No deben estar al servicio de un bando. La televisión catalana ha recibido muchas críticas: «Que si los temas que perjudiquen el proceso se tocan de pasada o no se tocan. Que si en los debates dominen los separatistas. Que si, casi todo, de alguna manera, es culpa del Estado».
El papel de los medios es tan importante como herramienta de cohesión que no pueden estar en manos del partido ganador. Pues un partido es una parte. Los partidos no cohesionan.Por encima de los partidos, la verdad difundida por los medios libres puede unir. Y, por debajo, la formación crítica de los individuos también puede unir, reduciendo el aborregamiento. Por tanto, los cargos de los medios públicos no deberían ser nombrados por el partido gobernante. Y la formación de las personas debería ser una prioridad.