La agresividad es natural, tan natural como la competencia. A esta tendencia a la violencia le tenemos que poner límites. Y cuando ponemos límites no podemos ver los manifestantes y la policía en un plano de igualdad. La policía defiende los derechos de todos. Por ello, resulta preocupante ver cómo algunas personas relevantes enfocaban la violencia policial y pretendían banalizar o blanquear la violencia de los encapuchados. La policía defiende los derechos de todo y por eso, algunas veces debe ser convincente y ocasionalmente contundente.

De muchas maneras se ha blanqueado la violencia de determinados manifestantes: 1. Diciendo que la sentencia era inaceptable y que la calle tenía que reaccionar. 2. Diciendo que esta violencia sirve para que Europa vea el conflicto. 3. Diciendo que las fuerzas del orden provocaron con su dureza.

Dos cosas más: 1. Muchos no consideramos que el origen de los disturbios, sea la sentencia. Muchos consideramos que las sucesivas campañas institucionales contra todo lo español y contra la justicia, han potenciado la combatividad de una parte de la sociedad. Una combatividad orientada. 2. El domingo, día 27, los independentistas cortaron algunas vías, impidiendo que muchos constitucionalistas se pudieran manifestar. Si la policía no actuó en defensa de todos, se ha de investigar.