Cuando la izquierda se propone hacer un mundo de una cuestión menor, son para quitarse el sombrero. Bien es cierto, que para eso hay que llenar antes el pesebre.
Ahora resulta, que los hijos no pertenecen a los padres. ¡Será después de nacer, porque antes es hasta un derecho abortarles, es decir matarles!
Podríamos estar de acuerdo en que el grado de pertenencia no es lo que unos padres sienten hacia sus hijos. Tal vez protección, amor, deseo de la mejor educación, que no confundamos con la enseñanza. Vamos, cosas normales de padres normales, que engendran a sus hijos dela manera fisiológica que el ser humano tiene para reproducirse, aunque una directora general del gobierno sociocomunista, se empeñe en algo antinatura.
Toda la vida de Dios, los colegios han pedido autorización a los padres para la asistencia de sus hijos a actividades al margen de la enseñanza de las materias básicas, digamos complementarias.
Pues eso es el pin parental. Simple y llanamente que si no quieres que tus hijos vayan a una actividad que no consideras adecuada, puedas decir que no. Por cierto, llama la atención que esas actividades son de asociaciones u ONGs, bien subvencionadas. Pero ese sería otro tema.
En un principio parecía cosa de un telediario, pero que va, llevamos ni se sabe.
Hasta los consejeros de educación de las regiones gobernadas por socialistas o con apoyos comunistas, se han dedicado a elaborar un escrito conjunto contra la decisión de la comunidad de Murcia.
No lo han hecho para denunciar el nombramiento de la fiscal general, que hay que volver a escuchar sus grabaciones con Villarejo para no dar crédito, o sus mítines de hace unas escasas semanas contra la oposición, para que no muevan un músculo ante tamaño desatino.
No lo han hecho para denunciar el acoso a los niños que quieren estudiar en español en Cataluña. De hablarlo, mejor ni en los patios.
No lo han hecho para denunciar el escaso seguimiento al escándalo de las supuestas mordidas a embajadores socialistas en Venezuela, en las que puede estar involucrado un ex presidente.
No lo han hecho para denunciar la traición a sus compañeros asesinados por la ETA, con la bienvenida al apoyo de Bildu para aprobar los presupuestos de Navarra y entregar esa región a los nacionalistas vascos.
No lo han hecho para poner en su sitio a la delegada de violencia de género al proponer un 155 a Murcia, mientras suplicaron el apoyo de sediciosos para lograr gobernar en lo que queda o quedará de España.
Porque los mismos que echaron a Sánchez, ahora defienden sus acuerdos, que han ido más allá de lo que cualquier persona sensata hubiera imaginado.
Tampoco lo han hecho para defender a un estudiante del país vasco apaleado por ser español y defender la libertad en una universidad.
Bueno, que digo, si ahora defienden al escracheador de Rosa Diez en la facultad de políticas, como si fuera uno de los suyos.
Y para remate nos sale Page con unas declaraciones, que de no leerlas no creerlas. ¿Desde cuándo se ha hecho una ley de educación, consensuada? ¡Si a ustedes les faltó tiempo para derogar una ley por Real Decreto!
¿Si han callado como gheisas por arrozal- en esto el PP también tiene su responsabilidad- cuando las regiones nacionalistas han adoctrinado en el odio a España, sin que hayan movido un músculo?
En fin, al menos no está en contra de la concertada. Algo comprensible. ¿Verdad socialistas?
¿Queremos libertad de educación? Pues vayamos al cheque escolar y que cada uno pague lo que quiera, porque tampoco es lógico que haya quién paga dos educaciones, porque a una está obligado, le guste o no.