Es un momento complicado. Seguramente, el más difícil que haya vivido la Humanidad desde el final de la II Guerra Mundial.
Un instante desconocido para el Ser Humano actual de tal gravedad que se necesitan adoptar decisiones políticas totalmente diferentes a las que se han ido tomando hasta hace muy poco. Sí, hablo de muy poco aunque la vida antes del COVID-19 nos parezca ya algo bastante lejano.
Dicen que la vida ya no va a ser igual a partir de ahora sobre todo, para las miles de familias que desgraciadamente, han perdido a un ser querido por culpa de este virus tan terrible que está asolando al mundo.
Nadie estaba preparado para ello. Nadie podía pensar que lo que iba a meternos en nuestras casas iba a ser una pandemia. Nadie lo predijo así que decir alguien qué debía haberse hecho para evitarlo me parece decir algo irresponsable y hasta temerario por una razón más que lógica y es que el ser humano no puede actuar sobre algo que no existe. Es decir, nadie puede poner remedio a un virus si éste no ha aparecido.
Por eso, me parece terrible que haya políticos que hablen del Coronavirus como si éste estuviera entre nosotros desde hace años o décadas. Ante un hecho insólito, tocan tomar medidas insólitas como la de decretar el estado de alarma.
Al Gobierno se le critica no haber tomado medidas antes, como si España fuera el único país del mundo donde el COVID esté siendo devastador. Y lo digo por aquellos políticos de mente estrecha que son capaces de intentar sacar rédito político tomando este asunto como algo de índole nacional aún sabiendo que esto está afectando a nivel mundial.
Es por eso que los políticos deben tomar acuerdos a dos niveles: a nivel global y a nivel nacional y esto implica alcanzar consensos, llevando a cabo iniciativas que partan del esfuerzo colectivo y todo eso, sólo puede conseguirse desde la voluntad conjunta de la Derecha y de la Izquierda teniendo en cuenta que esta pandemia no entiende de sexos, razas, religión, orientación sexual (eso que tanto critica la ultraderecha de nuestro país de manera cruel y torpe), pensamientos, ideas, sentimientos…y por supuesto, tampoco de ideologías.
Ahora no pueden existir egoísmos territoriales. No caben ideas extremistas. Es más, la única idea que puede acabar con este maldito enemigo común que tiene la Humanidad, es la de UNIDAD. Así, con mayúsculas.
Es más, he creído que esta situación iba a ser la mejor que tenía nuestro país para volver a reeditar la gran alianza política que surgió tras la Dictadura de Franco que fue la Transición. Muchos hemos pensado que iba a llegar el momento de reeditar los Pactos de la Moncloa pero el Partido Popular y la Ultraderecha lo están poniendo realmente difícil. Pero fijaos, no estoy diciendo imposible tal vez porque aún me queda un pequeño rayo de esperanza en mi interior para pensar que estamos a tiempo para ver cómo todos los partidos políticos se sientan en torno a una mesa para poner encima soluciones para salir de esta crisis sanitaria de la mejor forma posible.
Por eso, hacer una mesa para la reconstrucción económica, social y política de España debería ser una obligación para todos los políticos de esta nación cuyo único objetivo fuera el de no dejar a nadie atrás y cuando digo nadie, es nadie. Lo que no quiero es que en esta crisis salgamos de nuevo de una manera desigual.
En este tiempo de Política debería de existir nexos comunes, temas centrales como el blindaje de los servicios públicos empezando por la Sanidad. Reconstruir nuestro sistema sanitario público para que se encamine a incrementar el número de camas, contratar a mucho más personal sanitario y dotar de mejores medios tecnológicos para tener en España la mejor Sanidad del mundo. La hemos tenido y volver a tenerla es posible pero falta voluntad por parte de aquellos que cuando se dispusieron a elegir entre la bolsa o la vida, eligieron la bolsa para repartírselas entre sus amigos, esos que ponen el capital para hacer hospitales privados a los que no todas las personas pueden acceder.
A mí siempre me ha dolido muchísimo que la vida se mida en euros y no en personas. Que seamos más veces números que corazones que laten. A mí que me perdonen esos políticos que hablan de lo público como algo de lo que se puede prescindir. Lo siento pero de quienes podemos prescindir es precisamente de políticos que piensen así pero, ¿de hospitales? ¿de colegios? ¿de pensiones? No. Sin eso, no podemos pasar.
Pero, también nosotros debemos pensar en algo muy claro: este tiempo nuevo que nos da el Coronavirus depende también de nosotros y es que debemos exigir diálogo y sobre todo, soluciones porque creo que lo no se puede tolerar una vez más que quienes volvamos a perder seamos los pobres, los obreros. No. Otra vez no.
Y no estoy pidiendo tener una vida de millonarios, no. Estoy pidiendo llevar una vida digna y por eso, el político que se piense que pueden dejarnos otra vez en la estacada, le recomendaría que deje desde ya la Política y si no lo hace, habremos de invocar a todos los ciudadanos de este país que, por favor, nunca más se vote a partidos que tenga gente sin alma capaz de dejar sin nada a un ser humano, con tal de que unos pocos vivan sin problemas y a todo tren.
Si la vida es para todos, la Política debe centrarse pues en todos. Por eso, creo que es tiempo de mirar por toda la sociedad. Siempre lo ha sido pero ahora, creo que aún más. Quien busque hacer partidismos, espero que sea castigado en las urnas de forma severa, dura y cruel, aunque no creo que ninguna derrota electoral sea tan cruel como perder una vida de la noche a la mañana por culpa de esta pandemia que está siendo tan implacable que nos ha puesto frente al espejo mostrando lo vulnerables que somos.
Si este virus nos va a dejar una vida totalmente distinta a la que hemos tenido, si nos va a dejar un mundo diferente al que teníamos antes, no hagamos la Política inútil de estos últimos años.
Si la Política es servir a la gente, que nadie vuelva a servirse de la gente con ella.
Tengamos presentes que si se hace razonablemente bien y salimos de ésta más fuertes, unidos y con una vida mejor (aunque siempre tengamos en el recuerdo a quienes por desgracia, esta pandemia les ha segado la vida), puede que muchos españoles que hoy no creen en la Política, empiecen a creer en ella.
Diego Ruiz Ruiz. Militante del PSOE de Polán (Toledo)