Entre el comentario de D. Vicente Tirado, expresidentes de las Cortes de

Castilla-La Mancha y el número montado y, ante el edificio del futuro

Hospital General Universitario de Toledo, protagonizado por el actual líder

de la oposición regional, todo ello publicado en este diario y a escasas

horas de haberse producido el incendio del hospital de Hellín, parece que

hubieran quedado de acuerdo en caldear más la situación que vivimos. Si esta

no fuera tan dramática, causaría gracia.

Ninguna de las personas a las que D. Vicente recuerda saliendo a los

balcones y dand un ejemplo de generosidad y de sacrificio, esperaría nada

de esto. Muchas han realizado esta acción desde sus hogares y cada uno, en

esos momentos, tenía en sus mentes a protagonistas diferentes, sentimientos

distintos aunque no muy lejanos porque les unía una idea común. Que la

pesadilla terminase, que parara de una vez.

Esto es lo que parece que no han entendido y me temo que no entenderán,

todas estas esencias que forman la política de nuestra región y de nuestro

país. Este es el mensaje que siguen sin captar nuestros representantes y

como he dicho en otras ocasiones, el entrar en estas polémicas lo único que

hace es ruido. Nos distrae de resolver el verdadero problema que es acabar

con esta situación, sanitaria y económica pero nos lo ponen difícil porque

no se pueden decir disparates y pretender que la gente se los trague sin

agua.

No podemos olvidar lo que ocurrió en esta región a partir de mayo del 2011

por mucho que a D. Vicente y D. Francisco les gustase, por supuesto que

tampoco se nos olvidan ciertas medidas del gobierno del Presidente Zapatero

pero los cuatro años de Dña. Dolores tampoco. D. Vicente, ostentaba un cargo

de honor por aquellos años y era un testigo de primera línea. Lo digo por lo

que comenta de no repetir la historia.

No vamos a enumerar todas las decisiones tomadas y aprobadas e, incluso,

reprobadas por los tribunales de justicia, haciendo rectificar muchas de

ellas. Ni los hospitales paralizados.

No, no quiero hacer nada de esto, no conduce a ningún sitio. Siéntense, se

que va contra su naturaleza pero piensen que ustedes son totalmente

prescindibles, todos somos prescindibles, su partido seguramente que no pero

ustedes si. Hagan algo para que su paso por servir a la comunidad a la que

ustedes representan, incluso a la que no les ha dado su apoyo, se sientan

realmente satisfechos por su trabajo o por intentar algo que beneficie a la

sociedad. Nadie puede estar satisfecho de la gestión de esta crisis pero es

erróneo el asumir que los culpables del resultado de las infecciones y de

los fallecimientos tienen nombre, apellidos y DNI. ¿Dan por hecho que

alguien quería que esto sucediera? ¿Dan por hecho que sabían lo que

ocurriría y no hicieron nada para evitarlo?

Fíjense, no de hace unos meses, sino bastantes lustros ya, todas las

comunidades autónomas son responsables de las gestiones sanitarias en sus

territorios. No se me pasa por la cabeza pensar que ningún consejero o

consejera ni ninguna presidenta o presidente autonómico sea el culpable de

lo ocurrido en sus localidades, aunque sea muy critico con algunos o

algunas. Ya, ya se que el gobierno central asumió el mando único pero eso no

significa esquivar las responsabilidades propias.

Después de reflexionar sobre el vergonzoso episodio que ocurrió el jueves 28

en la comisión de reconstrucción en el Congreso de los Diputado, el

presidente de esta comisión Patxi López, se disculpo, pidió perdón

humildemente y finalizando sus palabras dijo “Este es el momento de entender

para qué sirve la política. Si no somos capaces, es que no servimos para

nada. Debiéramos de ser capaces de autocensurarnos para estar a la altura de

las circunstancias”.

Pues eso.