En internet escribimos cosas, que posiblemente no diríamos en la plaza o en el bar. ¡Nos sentimos protegidos! Detrás de los cristales del coche, o desde el balcón, nos pasa un poco lo mismo. Proferimos recriminaciones o insultos, sin miedo. Y con la mascarilla puesta, también nos pasa lo mismo. Nuestras miradas son más atrevidas. Encantadas, escrutadoras, despectivas...
Desde lejos, o protegidos por una barrera, nos resulta más fácil, desear, o agredir. Ahora tengo a mano tres ejemplos: 1.Un tuit de Abascal: "Iglesias es un peligro para España y para la Libertad". 2. Desde los balcones, aquí en Barcelona, se lanzaron huevos contra los manifestantes de VOX. 3. Normalmente las personas no nos escrutan, no nos escudriñan, no nos examinan. Con la mascarilla puesta, parece que se atreven más.
¡Lo podéis comprobar vosotros mismos!