La responsable de Hacienda del equipo de Milagros Tolón en el Ayuntamiento de Toledo ha anunciado a bombo y platillo que para el próximo ejercicio se va a aprobar una rebaja en el Impuesto de Bienes Inmuebles de la ciudad de Toledo.
Una rebaja en el impuesto que va a suponer individualmente unos pocos euros, para varios miles de viviendas no llegará ni al euro.
Una rebaja en el impuesto que va a suponer que el ahorro fiscal va a ser mayor para quien más bienes inmuebles posee.
Una rebaja en el impuesto que es neutral para todas aquellas personas que no tienen la “suerte” de ser propietarias de un bien inmueble o de varios.
Cabe preguntarse cuál es el objetivo perseguido por el equipo de Tolón. Según la delegada municipal de Hacienda: “la alcaldesa es la primera interesada en facilitar a los ciudadanos (no sé si también a las ciudadanas) este tránsito de la pandemia, principalmente desde el punto de vista social y empresarial, que son los ámbitos más afectados e intentar que los ciudadanos (no sé si aquí también las ciudadanas) sufran lo menos posible”.
La declaración de intenciones es bonita, cualquiera la podría suscribir pero no termino de encontrar el nexo entre bajada de impuestos, en este caso el IBI y la mejora en el sufrimiento de la ciudadanía, mejorará el sufrimiento de las propietarias de inmuebles, más el de las que más tienen. No veo el cordón umbilical entre pagar menos IBI por las viviendas y la mejora de la situación empresarial. No alcanzo a entender la bajada de impuestos con la mejora en la prestación de servicios públicos para contrarrestar los efectos sociales negativos de esta pandemia cuando simultáneamente se reconoce una bajada en la recaudación del erario municipal.
Alguien debiera explicar cómo con menos recursos se pueden atender y prestar mejores y mayores servicios, como se puede mejorar la seguridad sanitaria en los centros educativos, como se puede acompañar en sus necesidades a las personas mayores, como se puede apoyar a las personas que están en desempleo, como se puede apoyar e incentivar la cultura y el deporte en tiempos de pandemia y otros muchos más “como se puede”.
La alcaldesa se Toledo ha dado la batalla en la FEMP, en su propio partido, en los medios de comunicación y en las redes sociales para que se aprobara el famoso decreto sobre el uso de los remanentes municipales advirtiendo de que la ciudad de Toledo perdería más de 10 millones de euros que se podrían dedicar a una infinidad de asuntos si no se aprobaba. Bueno, no se aprobó, se perdieron esos supuestos más de 10 millones de euros, y ahora por una modificación voluntaria de la ordenanza que regula el IBI está dispuesta a perder un millón de euros de recaudación como reconoce su delegada de Hacienda municipal en su comparecencia ante los medios para anunciar la rebaja en el IBI. En esta situación tendrá que explicar de dónde va a recortar para cuadrar las cuentas porque en la misma comparecencia de la delegada esta incide en la intención del consistorio en reducir la deuda bancaria. Y ahora no hay excusas ya que el gobierno del Estado ha suspendido la famosa regla de gasto por lo que el consistorio podría disponer libremente de su superávit, si lo hubiera.
A una bajada de impuestos que la mayoría no va a notar, que sólo van a notar de forma significativa las grandes tenedoras de inmuebles, que supone una merma en las cuentas municipales en tiempos de mayores necesidades de gasto para apoyar las políticas anti-covid, y que por tanto sólo persigue titulares en prensa sobre bajada de impuestos, sólo se la puede llamar de una forma: populista, en este caso socialismo populista por el partido al que pertenece el equipo de la regidora municipal. El socialismo no está ni se le espera.
Pedro Labrado. Militante de Podemos y economista